¡Nos vamos de Bodas de Oro!

Mientras escribimos esta entrada, nos hemos puesto tontorrones. La revista PEOPLE nos ha regalado una exclusiva. ¡Dolly Parton y Carl Dean renuevan votos el 30 de mayo! Así que, lo tenemos claro, queremos  viajar hasta Tennessee, ponernos guapetes (mucha laca y botas tejanas) y alquilar un mustang para ir a la superboda de nuestros amigos. 

El mismo día que Dolly Parton se trasladó a Nashville en 1964, la aspirante a cantante que por entonces tenía 18, conoció al amor de su vida en una lavandería cualquiera. Dos años más tarde se casaron.

Mientras Dolly se convirtió en la estrella más icónica de la música country, Dean decidió dedicarse al desarrollo de la carrera artística de su esposa. 

«Vamos a casarnos de nuevo! Voy a tener un hermoso vestido de novia, porque no tuve un vestido de novia grande, largo cuando nos casamos por primera vez». Las fotos serán vendidas para beneficiar a una biblioteca pública. Estamos deseando compartirlas con vosotros.

«Mi marido es un solitario,» dice ella, de Dean, que pocas veces se ha visto en público con su famosa esposa. «Él no se preocupa particularmente por estar en torno a nadie más que a mí. No le gusta todo el alboroto.» Y, sin embargo, añade » siempre ha sido de un gran apoyo, como un hermano, un padre, un amigo, un marido y un amante. Todo a la vez. Es para nosotros un orgullo que hayamos llegado tan lejos y juntos».

Sobre su edad (mental, ¡la que importa!) dice lo siguiente: «En mi mente creo que tengo la misma edad que cuando llegué a Nashville.» 

Nuestra querida y superestrella internacional es pura actitud y sino juzguen sus palabras:

«I will never retire unless I have to. As long as I’m able to get up in the morning, get that makeup on and my high heels on, and even if I can’t wear high heels, I’m going to do like Mae West, I’m going to sit in a wheelchair with my high heels on.» —Dolly Parton, Nightline, November 2012

Estamos seguros que morirá con las botas puestas. Vaqueras y con mucha purpurina, por supuesto. Lo veremos.

Ya puestos a pedir ,también queremos visitar Dollywood (su parque de atracciones), hacer rodeo, apostar en el casino, bailar en linea y comer muchas hamburguesas con Ketchup. Todo, mientras escuchamos sus discos. Una y otra vez.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene. 

Dolly