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Clausura del XXXIII Congreso Internacional de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría

 

Arropada con una fuerte y calurosa ovación, María López Domínguez, viuda de Fernando Veiga, acompañada de sus hijas agradecieron emocionadas el reconocimiento y el galardón otorgado por la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría en reconocimiento al trabajo, dedicación y entrega de su marido y padre a la gerontología desde el inicio de su carrera en la medicina.

El vicepresidente de la SGXX, Raimundo Amadeo, amigo y compañero en la junta directiva que dirigió el propio Veiga, le recordó “desde el corazón” y reconocía que este homenaje “lo sentía como una tarea pendiente como resultado de una profunda admiración profesional y gran afecto.” Recordó el camino recorrido por Fernando Veiga en la defensa de la disciplina de geriatría calificándolo como “un modelo contagioso y apasionado de la geriatría”.

Fernando Veiga, impulsor de la geriatría en Galicia, fue el promotor de la unidad de esta especialidad en el Hospital Universitario Lucus Augusti, que puso en marcha con apenas 30 camas en el año 92 y que se convirtió en el servicio de referencia a partir de 2008. Su contribución a la geriatría es innegable y sus aportaciones múltiples, así como reivindicaciones planteadas a lo largo de su carrera, muchas de ellas al frente de la Sociedad Gallega de Gerontología y Geriatría (1997-2003) que este sábado reconoció su trabajo y su trayectoria.

Conferencia clausura

El presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Augusto García Navarro, fue el responsable de impartir la conferencia de clausura titulada “Desde la Geriatría y la Gerontología” en la que analizó el presente de ambas disciplinas y los retos que se plantean para lograr reducir el impacto de la soledad en nuestras sociedades. Expuso que “queda mucho camino por andar” y apuntó cinco retos: “hacerla visible, detectar, valorarla, traducirla en el día a día y, finalmente, tratarla.»

Pone así punto final un congreso en el que durante dos días profesionales del ámbito sanitario, académico, geriátrico y social participaron en mesas redondas, simposiums, sesiones plenarias y talleres en los que la soledad y el aislamiento social fueron el hilo central de las intervenciones. En ellas se expusieron mecanismos, herramientas y nuevos retos con los que afrontar estas nuevas demandas de una sociedad cada vez más envejecida.

Programa Radars en Barcelona

La segunda jornada del Congreso abordó diferentes sesiones en las que la calidad de vida de nuestros mayores y su integración social fueron protagonistas. Entre los ponentes Clara Costas, la coordinadora del proyecto Radars del Ayuntamiento de Barcelona.

En su intervención explicó que se trata de una iniciativa comunitaria impulsada por los Servicios Sociales para paliar los efectos de la soledad y prevenir situaciones de riesgo de las personas mayores. Un objetivo que se logra implicando a vecindarios enteros, voluntarios, comercios y farmacias “creando una red” en la comunidad para que sean zonas “humanas, seguras y participativas”.

El sábado se completó con intervenciones sobre los programas de prevención y detección de la soledad, y cómo identificarla en los centros gerontológicos “donde sí se producen estas situaciones”. El seguimiento del deterioro-cognitivo-demencia y la calidad de vida en adultos mayores, centraron las intervenciones de los dos simposiums programados. Además, se celebraron tres mesas redondas en las que se abordaron la promoción de programas para fomentar la participación e inclusión social, innovación de fisioterapia virtual y comunitaria, y, los nuevos retos de la educación social.