Su hija (Betty Milan), testigo de esta decadencia, aprenderá a asumir a marchas forzadas una responsabilidad de la que nadie nos advierte y para la que nadie nos prepara: la de ser madre de nuestra madre. Para paliar su creciente sentimiento de orfandad y de incomunicación —pero también para restañar las heridas de un duelo que se prolonga más de lo debido a causa de la longevidad de su progenitora—, la hija escribe un diario en donde recrea a la madre imaginaria capaz de oírla y reconfortarla que tuvo y perdió: una madre que un día fue un escudo ante la muerte, invencible y eterna, como todas las madres.
Su decadencia física impone a la hija un drama: el de hacerse cuidadora y, por lo tanto, madre de la propia madre. El sentimiento de orfandad es inmenso y creciente, y, para superar el dolor, la autora escribe este homenaje/ensayo para esa madre que veía, oía y dirigía su vida en el pasado (reciente). La madre capaz de comprender el drama al que ahora la hija se enfrenta. Los papeles se invierten y la corresponsabilidad vira hacia el cuidados de los padres. Ley de vida.
La novela de Betty Milan aborda el tema de la vejez, la fragilidad y la dependencia desde todos los ángulos – amorosa y cruel, delicada y brutal, divertida y trágica. ¿Tan mejor sería si la vieja muriera, verdad? Es lo que la propia madre percibe y dice, sin embargo, no es lo que la hija desea. Lo que ella quiere es hacer que la progenitora renazca de nuevo desde la fuerza de mujer joven y dinámica, y así evitar que la otra (la autora) sufra los efectos de la corrosión del tiempo.
La obra de Betty Milan, nacida en São Paulo, autora de novelas, ensayos, crónicas y obras teatrales, ha sido traducida en Francia, Argentina y China. Ha colaborado con los principales periódicos brasileños. Antes de ser escritora se graduó en Medicina y se especializó en psicoanálisis en Francia. Fundó el Colegio Freudiano de Río de Janeiro.
Traductora: Mercedes Vaquero Granados
Editorial : Maresía Editorial, S.L.