Sonia Soberats: La fotógrafa venezolana que pinta con luz a pesar de su ceguera

Sonia Soberats es una mujer venezolana, de 82 años, vive sola en un modesto apartamento en la ciudad de Queens, New York. El dolor que generó la muerte de sus dos únicos hijos hizo que ella perdiera en su totalidad el sentido de la vista. Para conseguir todas las cosas que necesita debe procurárselas por su propio esfuerzo. Hoy se dedica a la fotografía siendo invidente como es, demostrando que no hay imposibles para la creatividad y la ilusión por seguir disfrutando de la vida larga.

La fotografía fue su refugio y su terapia. Sus obras, producto de una mezcla entre dolor y coraje. Sonia Soberats es miembro de Seeing With Photography Collective (Colectivo Viendo con la Fotografía), un grupo de no videntes de Nueva York que también realiza trabajos en conjunto con fotógrafos videntes.

«Pinto con la luz. Es mi visión, es mi memoria, es algo que yo hago desde adentro. Mis fotos me toman más tiempo que una foto convencional porque tengo que montar mi obra, buscar los modelos y la utilería que necesito, luego hay que encuadrar, disparar y alumbrar», explicó la última vez que estuvo en Venezuela, en una entrevista a AVN.

Si quieres seguir conociendo la fascinante historia de esta artista en la vejez, echa un vistazo a su documental.

El laberinto de lo posible es una película de transformación y capacidades humanas. Sonia Soberats habita en soledad en un modesto apartamento neoyorquino. Un trauma en el pasado -la muerte de sus dos hijos- la dejó completamente ciega. A través de diferentes etapas de la vida y obra de Sonia, observaremos cómo dos conceptos que parecen totalmente antagónicos conviven en plena armonía. Se trata de una nueva tendencia de la fotografía que ha sabido hilvanar de manera coherente la fotografía y las deficiencias visuales, explorando y experimentado con lo que convencionalmente se toma por una desventaja. Un proceso creativo que refleja diferentes experiencias de vida, utilizando como punto de partida imágenes mentales construidas por el tacto, el olfato y el oído. Hoy Sonia forma parte de un prestigioso colectivo de fotógrafos invidentes en la ciudad de New York y a su vez enseña esta técnica en Venezuela. Uno de sus talleres lo desarrolla en Mucurubá, pueblo andino donde se celebra una fiesta de luz al encender más de veintiún mil velas a lo largo de la localidad.

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