Resumen de nuevas guías para la rehabilitación de un ACV

La American Heart Association y la American Stroke Association (AHA/ASA) han emitido las primeras guías sobre la rehabilitación después de un accidente cerebrovascular, haciendo un llamamiento para un tratamiento interdisciplinario intensivo.

Las guías, publicadas en versión electrónica en Stroke el 4 de mayo, fueron aprobadas por la American Academy of Neurology, la American Academy of Physical Medicine and Rehabilitation; la American Physical Therapy Association; la American Occupational Therapy Association; la American Society of Neurorehabilitation; y el American Congress of Rehabilitation Medicine.

La autora principal de las guías, la Dra. Carolee J. Winstein, profesora de biocinesiología y fisioterapia en la Universidad del Sur de California, Los Angeles, dijo que esta es la primera vez que la AHA y el ASA han comisionado guías sobre rehabilitación y restablecimiento tras el accidente cerebrovascular.

Previamente se ha enfocado más en el tratamiento médico del accidente cerebrovascular agudo. Estas nuevas guías son importantes por cuanto demuestran que la AHA y el ASA reconocen la importancia de un buen tratamiento en el periodo subsiguiente al episodio inicial y que este es un factor importante que contribuye a la calidad de vida después de un accidente cerebrovascular.

Explicó que muchos han considerado antes el accidente cerebrovascular más que nada como un suceso agudo y se ha reconocido escasamente que es un trastorno crónico y que los pacientes a menudo viven discapacitados el resto de sus vidas. Sin embargo, estas nuevas guías demuestran que esta actitud está cambiando. Representan un enorme esfuerzo para expandir hacia la fase crónica el tratamiento de pacientes con accidente cerebrovascular, lo cual debiera ayudar a las personas a vivir vidas más plenas.

Si bien muchas de las recomendaciones son congruentes, hemos evaluado la evidencia y hemos identificado muchas intervenciones que tienen evidencia de nivel 1A ―es decir, evidencia sólida de que tienen una repercusión beneficiosa en los desenlaces―. Muchos profesionales que intervienen en la atención al accidente cerebrovascular pueden no haber estado al tanto de esto y esperamos que la publicación de estas guías fomente mayores esfuerzos para implementar estas intervenciones.

La Dra. Winstein señaló que muchas de las recomendaciones dependen de los programas de rehabilitación y educación, los que debe proporcionar personal capacitado de diferentes especialidades. «Es necesario el esfuerzo de un equipo multidisciplinario. Este se otorga más fácilmente en un ámbito intrahospitalario especializado en cuidados subsiguientes al accidente cerebrovascular, y una de las principales recomendaciones de las nuevas guías es que los pacientes deben ingresar a tal centro después de un accidente cerebrovascular».

En la publicación de las guías en Stroke, los autores llegan a la conclusión de que: «La rehabilitación tras el accidente cerebrovascular exige un esfuerzo sostenido y coordinado de un equipo extenso, que incluye al paciente y sus metas, familia y amigos, otros cuidadores (por ejemplo, asistentes de cuidados personales), médicos, enfermeras, fisioterapeutas y ergoterapeutas, terapeutas de la voz y el lenguaje, especialistas en recreación terapéutica, psicólogos, nutricionistas, trabajadoras sociales y otros más.

La comunicación y la coordinación entre estos miembros del equipo son primordiales para maximizar la eficacia y la eficiencia de la rehabilitación y están implícitas en toda esta directriz, señalan los autores. «Sin comunicación y coordinación, los esfuerzos aislados para rehabilitar al sobreviviente del accidente cerebrovascular probablemente no logren su pleno potencial».

Las guías comprenden centenares de diferentes recomendaciones sobre cada aspecto de los cuidado de rehabilitación para un paciente después de haber sufrido un accidente cerebrovascular, desde las acciones iniciales realizadas en el hospital de atención aguda hasta la reintegración a la sociedad.

Las guías se basan en una mezcla de evidencia y consenso. Las principales recomendaciones de evidencia de nivel 1A son las siguientes:

  • Los centros de rehabilitación intrahospitalaria producen mejores resultados que las residencias para ancianos

La Dra. Winstein explicó que en un centro de rehabilitación intrahospitalaria los pacientes recibirían por lo menos tres horas al día de rehabilitación específica ajustada a sus necesidades por un equipo coordinado de profesionales específicamente dedicados. Esto comprendería fisioterapia, ergoterapia, terapia de lenguaje, tratamiento médico y la visita de una trabajadora social, en tanto que en una residencia para ancianos la intensidad de la rehabilitación normalmente es menor y se hace menos hincapié en el restablecimiento, enfocándose más en el mantenimiento y en el tratamiento médico.

  • Programas formales de prevención de caídas durante la hospitalización

La Dra. Winstein informó que hay una gran probabilidad de problemas de movilidad después de un accidente cerebrovascular y una gran proporción de los pacientes sufren una caída después del alta a su domicilio.

  • Ejercicios de movilidad repetitiva intensivos para todos los pacientes con problemas de deambulación

El documento de las guías señala que la pérdida o la dificultad en la deambulación es una de las secuelas más devastadoras del accidente cerebrovascular y el restablecimiento de la deambulación suele ser uno de los objetivos principales de la rehabilitación. Las actividades relacionadas con la deambulación, que incluyen tareas tales como movilidad durante el ponerse de pie, sentarse, subir escaleras, girar, trasladarse (por ejemplo, de la silla de ruedas a la cama o de la cama a la silla), utilizar una silla de ruedas después de un accidente cerebrovascular, caminar con rapidez y caminar distancias especificadas.

  • Detección de las concentraciones de calcio y vitamina D en pacientes en los centros de atención a largo plazo

El documento de las guías señala que la densidad mineral ósea y la masa de tejido magro suelen disminuir después del accidente cerebrovascular, y los cambios en el lado paralizado son más profundos, donde la densidad mineral ósea puede disminuir más de 10% en menos de un año. Esto, junto con los déficits de equilibrio resultante del accidente cerebrovascular, aumentan el riesgo de fracturas.

  • Programas de ejercicio personalizados

Las guías resaltan la necesidad de la participación activa en el ejercicio en las primeras etapas después del accidente cerebrovascular para minimizar los efectos perjudiciales del reposo en cama y la inactividad, aprovechar la neuroplasticidad acentuada, presente en el periodo inicial después del accidente cerebrovascular, «y comenzar el proceso importante de fomentar la autoeficacia en el ejercicio y la autovigilancia».

  • Participación en actividades cognitivas

Otra recomendación de nivel 1A es proporcionar un «entorno enriquecido que aumente la participación en actividades cognitivas». Esto podría comprender alentar al paciente a leer libros, escuchar música, jugar juegos de computadora o armar rompecabezas; «todo lo que estimule al cerebro es bueno».

  • Programas de entrenamiento del equilibrio

El documento de las guías recomienda que a los individuos con accidente cerebrovascular que tienen un equilibrio deficiente, escasa confianza en el equilibrio y temores a caídas o que tienen riesgo de caídas, se les debe proporcionar un programa de aleccionamiento sobre equilibrio.

Esta nueva declaración científica en torno a la rehabilitación es la octava serie de guías de accidente cerebrovascular de la American Stroke Association, que completa las recomendaciones de la asociación para la continuidad en la atención a los pacientes con accidente cerebrovascular y sus familias.

Esperamos que te haya sido de utilidad este resumen en castellano. Si te animas puedes descargar al completo la guía original en inglés aquí abajo.

Referencias:

  1. Carolee J. Winstein et al. Guidelines for Adult Stroke Rehabilitation and Recovery. StrokePublished online before print May 4, 2016. doi: 10.1161/STR.0000000000000098 Descarga el artículo completo aquí