Alzheimer

Alzheimer: cambios en el comportamiento sexual

La enfermedad de Alzheimer también puede afectar a la conducta sexual

La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Si bien es imposible decir cómo se desarrollará la enfermedad para una persona en concreto, tiene el potencial de causar comportamientos sexuales no deseados.

Para los cónyuges y personas cercanas, tales cambios subrayan el impacto de la enfermedad incluso en las relaciones más íntimas. Sin embargo, es vital recordar que este comportamiento es el resultado de la enfermedad o posiblemente de otros problemas de salud o medicamentos.

Disminución de inhibiciones y comportamientos desconcertantes

Las personas con Alzheimer pueden experimentar un interés sexual reducido o, con menos frecuencia, un interés sexual muy elevado, conocido como hipersexualidad. Los comportamientos problemáticos pueden incluir acusaciones de celos de que un cónyuge está teniendo una aventura amorosa, propuestas sexuales a un no-cónyuge o la masturbación en público.

Otros comportamientos inapropiados, como el uso de lenguaje vulgar u obsceno, exponerse o desvestirse en público (denominados colectivamente «desinhibición») pueden no ser sexuales en absoluto, pero pueden ser interpretados como tales por otros.

Cómo manejar tales comportamientos sin medicamentos

Más allá de los fármacos, disponemos de técnicas que deben ponerse en práctica como primera opción. Por un lado, debemos tratar de evitar enfadarnos, discutir o avergonzar a la persona por lo que está sucediendo. En cambio, debemos tratar de ser amables y pacientes, concentrándonos en buscar una razón para el comportamiento. Por ejemplo, alguien que se desnuda en público puede simplemente puede tener calor o puede sentir incómoda su ropa.

Tú también puedes:

  • Con suavidad pero con firmeza recordar a la persona que el comportamiento es inapropiado.
  • Intenta distraer o redirigir la atención de la persona, o llevarlo a un lugar privado.
  • Intenta aumentar el nivel de contacto físico apropiado, como abrazos y caricias. Los comportamientos sexuales pueden reflejar la necesidad de un contacto tranquilizador.
  • Considera soluciones prácticas: facilitar prendas como pantalones o vestidos que se abrochen por la parte trasera y aporten comodidad.
  • Consulta a un especialista en Alzheimer o demencia, o a un psicogerontólogo.

En el caso de que la persona manifieste una conducta físicamente agresiva o violenta necesitaremos una intervención urgente. Tener un plan de acción establecido, ya sea llamando a familiares, amigos o el 112, será de gran ayuda. También puede ser necesario llevar a la persona con demencia a un centro de atención mejor preparado para manejar dicho comportamiento.

Medicamentos

Si estas estrategias no resuelven los problemas, existen intervenciones médicas que se pueden utilizar para tratar diversos problemas subyacentes o que lo acompañan. Pregunta al médico sobre los medicamentos disponibles para tratar estos problemas:

  • Agresión, agitación y delirios.
  • Depresión, irritabilidad y apatía.
  • Miedo, ansiedad y trastornos del sueño.

El equilibrio entre los derechos sexuales de las personas con Alzheimer y sus parejas

La sexualidad es una parte fundamental de la existencia humana, y el sexo es una forma importante de compartir la cercanía y expresar el amor. Muchas personas, sin embargo, tienen dificultades para aceptar que las personas mayores o aquellos que tienen enfermedades graves todavía tienen necesidades sexuales y el derecho a expresarlas.

En las residencias, las necesidades sexuales pueden perdurar incluso después de que las personas ya no reconozcan a sus cónyuges o recuerden que están casados. Ocasionalmente, esto da como resultado relaciones extramatrimoniales, lo que puede llevar a la incomodidad. La mayoría de las residencias han establecido políticas con respecto a las relaciones y el comportamiento sexual, aunque todavía queda mucho por hacer.

Las principales preocupaciones son evitar la explotación sexual, el abuso o la agresión, y determinar la capacidad de una persona para dar su consentimiento. El impacto del Alzheimer en la conciencia y el pensamiento racional en última instancia, destruye la capacidad de ese consentimiento. Una pareja que busca intimidad sexual con alguien en esta etapa de la demencia puede enfrentarse a preguntas éticas difíciles y puede decidir renunciar por completo al sexo, o buscarlo fuera de la relación.

Por otro lado, los cuidadores pueden experimentar una pérdida de deseo. Es difícil sentirse atractivo o excitado cuando se cuida diariamente a tu cónyuge con demencia. El sentimiento de culpa por llevar al cónyuge a una residencia también puede disminuir el deseo sexual.

Los terapeutas, en particular los psicólogos geriátricos, pueden ayudar a entender estos problemas y cómo resolverlos. Los consejeros religiosos o espirituales pueden ser otra fuente de consejo.