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Amavir celebra sus campamentos intergeneracionales de verano

 

Tras dos años de parón debido a la pandemia de coronavirus, este verano se ha celebrado una nueva edición del programa “De acampada con mis abuelos”, los campamentos de verano intergeneracionales de las residencias de mayores Amavir. Se trata de una experiencia pionera a nivel nacional en la que, durante una semana, las personas mayores conviven en sus propios centros con niños y niñas de entre 6 y 12 años, realizando numerosas actividades conjuntas y compartiendo experiencias y momentos memorables.

 

Los campamentos de verano intergeneracionales nacieron hace más de quince años en las residencias que la compañía tiene en Navarra, donde se han convertido ya en toda una tradición, con numerosos premios y reconocimientos. Poco a poco se han ido extendiendo al resto de centros de Amavir en toda España. En esta edición de junio (hay una segunda en septiembre), se han celebrado en los siguientes 19 centros:

 

  • Madrid: Amavir Valdebernardo, Amavir Villaverde, Amavir Getafe, Amavir Puente de Vallecas, Amavir Arganzuela, Amavir Alcorcón, Amavir Ciudad Lineal.
  • Cataluña: Amavir Sant Cugat del Vallès.
  • Navarra: Amavir Mutilva, Amavir Oblatas, Amavir Argaray, Amavir Valle de Egüés.
  • Castilla y León: Amavir El Encinar del Rey (Valladolid).
  • Castilla-La Mancha: El Balconcillo (Guadalajara), Don Quijote (Tomelloso, Ciudad Real).Las Hazas (Hellín, Albacete).
  • Canarias: Amavir Tías (Lanzarote), Amavir Haría (Lanzarote), Amavir Tejina (Tenerife).

Los niños y niñas que participan en los campamentos intergeneracionales son nietos y bisnietos de los residentes de Amavir, así como hijos de los trabajadores, de tal manera que constituyen también una medida de conciliación laboral y familiar para la plantilla durante la última semana de junio, en la que ya no hay colegio y aún no han empezado los campamentos de verano.

 

Cada centro ha acogido a una media de entre 10 y 15 niños y niñas, que han disfrutado durante la semana de diferentes actividades educativas y de ocio junto a los residentes de Amavir. De esta forma, han compartido con los mayores desayunos y comidas, gimnasia, terapia, así como gymkanas, bingos, excursiones, talleres creativos y juegos deportivos, entre otras muchas actividades.

 

Los horarios de los residentes son respetados en todo momento para su descanso y normalidad, sin embargo, contar con la alegría de los más pequeños durante unos días supone para todos una experiencia inolvidable. Está demostrado que las personas mayores implicadas en actividades intergeneracionales se sienten más felices que otros mayores de su misma edad. Además, compartir con los más pequeños su jornada diaria incrementa su actividad física, cognitiva y social, promoviendo el envejecimiento activo y saludable. Para los más pequeños, estas actividades son también una lección de vida, de la que aprenden las experiencias de los mayores y sus historias de juventud.