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Las contribuciones positivas de las personas mayores a la sociedad y la economía

 

En el marco del Día Mundial de las Personas de Edad la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha reivindicado el orgullo de ser mayor y ha puesto en valor las contribuciones positivas que las personas mayores y con discapacidad aportan a la economía y la sociedad, frente a la generalizada percepción negativa actual de la vejez producto de los estereotipos de edad.

Así, la PMP ha manifestado que la visión de la vejez como una carga, preponderante en la sociedad actual, no se ajusta a la realidad, dado que tiende a identificar a las personas mayores como un grupo poblacional supuestamente homogéneo y caracterizado por la inactividad, la improductividad y la dependencia. Esta visión condiciona el rol social de las personas mayores, desde un enfoque asistencialista y excluyente de la vejez, centrándose en el impacto y las consecuencias alarmistas del cambio sociodemográfico en cuestiones de salud, previsión social y modificaciones de la fuerza de trabajo del mercado laboral.

En contra de dicha visión, la PMP ha puesto en evidencia una realidad muy distinta: las personas mayores son un parte activa y fundamental de nuestra sociedad. Se trata de un grupo de población que, además del valor de su experiencia y talento, genera retornos económicos y empleo, además de proveer crianza, educación y apoyo a los proyectos de vida independiente.

La riqueza generada por las personas mayores

Desde una perspectiva económica, todo lo que rodea a las necesidades, desafíos y demandas de las personas mayores representa un enorme potencial de crecimiento y desarrollo económico. La economía plateada incluye todas las actividades económicas, productos y servicios, existentes y por desarrollar, enfocados a satisfacer las necesidades de la población mayor de 50 años, un grupo que no dejará de crecer en los próximos años.

En este sentido, la PMP ha aportado las evidencias de algunos estudios, como el realizado Oxford Economics en colaboración con la Universidad de Salamanca y que refleja que la ‘economía de la longevidad’ (aquella que deriva del aumento de la esperanza de vida) generó un impacto directo e indirecto en España de 325.303 millones de euros de valor añadido en el PIB nacional en 2019, el último año analizado, lo que equivale al 26% del PIB.

Por otro lado, esta rama de la economía también aporta beneficios incluso en el empleo joven, ya que el gasto de los mayores de 50 años está detrás del mantenimiento de 246.100 puestos de trabajo asignados a empleados de entre 16 y 24 años, según el ‘Libro Blanco de la Silver Economy en España’.

Las personas mayores proveen conocimiento y cuidados

Además de estos impactos económicos positivos, la Plataforma también ha recordado que las personas mayores actúan en nuestra sociedad como agentes educativos de primer orden, pues son un referente social en la transmisión de habilidades útiles para la vida; transmisión de valores, códigos morales y normas sociales; reproducción y transmisión de la cultura, la historia y la identidad. Por ello, la formación y la preservación de la solidaridad intergeneracional a nivel social, resulta básica para preservar el contacto entre generaciones y los intercambios de conocimiento entre las mismas.

Por otro lado, está el valor de la provisión de afecto, cuidados y apoyo de los abuelos y abuelas hacia sus nietos y su importante papel en el proceso de socialización. Cerca del 35% de los mayores de 65 años en España cuida a sus nietos varios días por semana, un porcentaje 12 puntos superior a la media de la Unión Europea y por encima de otros países como Francia (13%) o Alemania (15%). Se calcula que dedican a esta labor un promedio de 16 horas semanales.

Asimismo, parte de sus rentas se han convertido en el sostén fundamental de muchas familias. Añadiendo esto a su contribución en la economía de los cuidados y al elemento ahorro, se estima que podrían suponer entre 400 y 800 euros al mes en las grandes ciudades, en base al coste de escuelas o cuidadores externos. Es decir,tienen un papel clave en la redistribución de la renta y el consumo, algo bastante desconocido pero fundamental para la economía.

En definitiva, con su reivindicación del orgullo de ser mayor y la erradicación de la visión negativa imperante sobre la vejez, la PMP se ha alineado con la ONU en la 33ª celebración del Día Internacional de las Personas de Edad, cuyo tema central es «Cumplir las promesas de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores: entre todas las generaciones».

Así, la Plataforma concuerda con la ONU cuando pide a “los gobiernos que revisen sus prácticas actuales con el fin de integrar mejor en su trabajo un enfoque de los derechos humanos a lo largo de la vida de las personas. Además, deben garantizar la participación activa y significativa de todas las partes interesadas, incluida la sociedad civil, las instituciones nacionales de derechos humanos y las propias personas mayores, en el trabajo sobre el fortalecimiento de la solidaridad entre generaciones y las asociaciones intergeneracionales”.