Un abrazo puede ser
la medicina que mejor reconforta,
reanima y llena de satisfacción.
A mí, un abrazo de mis nietos
me causa tal ilusión
que me alivia y se mejora
mi enfermizo corazón,
y se alegra y se emociona
en cuanto escucha su voz
pues sabe que le espera
el abrazo que hace
que hasta me sienta,
mucho mejor.
La sonrisa de inocencia
las preguntas sin maldad
las miradas de cariño
y el beso que nos dan
son lo que hace que me llene
de dicha felicidad,
porque tener a mis nietos
hace que sea más leve
mi penosa enfermedad.
Autora: Fe Ramsanz, Madrid.
VII-XII-MMXI