movilidad eléctrica

Jornada de movilidad eléctrica en la Residencia San Jerónimo

 

El pasado 12 de mayo las personas que viven en la Residencia San Jerónimo pudieron probar en primera persona la experiencia de conducir una silla de ruedas eléctrica o un scooter. En los amplios jardines de esta conocida residencia de Estella, las personas mayores han podido quitarse los miedos y conocer estas alternativas para que puedan dotarles de autonomía e independencia en un futuro y en definitiva mejorar su calidad de vida.

En esta jornada de movilidad eléctrica organizada por Ortopedia Ortosan han participado más de cuarenta personas mayores. Hilda Vergara, directora comercial de esta ortopedia, ha comenzado explicando que el uso de sillas y scooters no significan que dejemos de caminar, si no que son los vehículos que nos permiten llegar a sitios a los que habitualmente no vamos por estar muy lejos: “hay que caminar siempre que se pueda, pero no dejar de ir a los sitios por estar lejos, caminar y sillas eléctricas o scooters son compatibles.”

Jesus Enrique Ciordia, natural de Lezaun, ha sido el primer residente de San Jerónimo que ha decidido subirse en un scooter. “Ha sido una experiencia muy positiva, porque así hemos podido probarlas y conocer como funcionan”. A Ciordia le han seguido otras tantas personas tanto de las que pernoctan, como de las que acuden a las estancias diurnas de esta entidad. Mª Cruz Zudaire de 78 años de edad ha podido comprobar en primera persona que hay diferentes sillas que se adaptan a las necesidades y capacidades de cada persona.

Mario Ganuza, supervisor técnico de la Residencia San Jerónimo, refiere que “al principio las personas se mostraban algo tímidas, pero una vez que han roto el hielo han ido probando un modelo tras otro y ha sido una experiencia muy positiva”. La actividad ha consistido en conducir sobre un pequeño circuito de alrededor de cien metros con alguna curva, subidas y bajadas.