«Conversaciones sexuales con mi abuela»

Quedar con Ana siempre es una gozada. Habla de sexualidades y vejeces con tanta naturalidad que nos apetecía que la conocierais mejor, y hacerlo con té y dulces en un salón muy british de Madrid, un planazo. De su libro ya hablamos como recomendación para las Navidades. Vamos a hacerles algunas preguntitas, a ver con qué ocurrencias nos sale.

¿Cómo fue la sexualidad que en su mayoría vivió la generación de tu abuela Irene?

Era un misterio. Sobre todo para las mujeres. Algunas no sabían ni cómo se producía el embarazo, aún habiendo parido. No se hablaba y se iba descubriendo, o enfrentándose a ello, mejor dicho. El desconocimiento y ocultismo imperaba, y la doble moral. La educación sexual en ellos tampoco existía pero, al menos, era un área permitida y, aunque fueran pecado algunas prácticas, sabían que existía esa opción y se daban placer o lo buscaban. En general, las mujeres ni se planteaban la posibilidad del autoplacer, y si lo hacían, lo mantenían en secreto y a veces, has ta con culpa.

¿A qué hacéis referencia cuando los profesionales habláis «Relaciones Sexuadas”?

A que la sexualidad está presente desde que nacemos hasta que morimos, por tanto, nuestro comportamiento es sexuado, afecta nuestra sexualidad, aunque no sea necesariamente sexual, erótico ni genital. 

¿Y de la educastración? A que la socialización nos ayuda pero también nos reprime.

En la consulta, ¿qué inquietudes recurrentes te encuentras cuando acuden personas adultas mayores?

Cada persona es un mundo y a veces no difieren tanto las inquietudes de los mayores con las de los jóvenes. En general hay miedo a dejarse llevar, a salirse de la norma, de lo establecido. Y, por supuesto, les inquieta «no funcionar» como antes. Se da mucho valor a los genitales, en todas las edades.

‘Old School’ es la nueva campaña de educación sexual de PornHub

Como dices en tu libro «Conversaciones sexuales con mi abuela», la masturbación (o la sexualidad en solitario como te gusta precisar) se ha visto como algo sucio, pecaminoso o insano pero está demostrado científicamente que es falso y además beneficioso para conocernos, aumentar la autoestima o reducir el estrés y el dolor; pero ¿qué recomendaciones le darías a una persona como tu abuela que aún no lo haya experimentado?

Que se de placer como desee, tocándose el pelo, las manos, comiendo algo rico, haciendo lo que más le gusta y, si quiere, que toque sus genitales como una parte más del cuerpo o con una estimulación especial para potenciar el placer. Pero que nunca haga lo que no desee ni tampoco se prive de lo que desea, siempre que sea consentido por todas las personas implicadas y no dañe a nadie. Se lo diría a cualquier persona de cualquier edad. Si algo he podido comprobar a lo largo de mi carrera profesional es que no somos tan diferentes como nos pensamos.

¿Por qué no deberíamos usar nunca más la palabra consolador?

Porque para consolar están los amigos y lo que se busca es un orgasmo o más, para obtener placer, no porque exista sufrimiento o similar. Y no te abrazan ni puedes hablar con ellos, jeje. Dildo o vibrador lo encuentro mucho más adecuado.

¿Qué otras palabras o conceptos deberíamos desterrar de nuestra comunicación con los lectores de QMAYOR MAGAZINE?

No puedo, no valgo, no sirvo, yo ya no estoy para «eso».

Para nosotros no cabe duda y a pesar de la publicidad hipersexualizada que insiste en mensajes donde sólo la juventud es excitante y lo bello lo terso, ¿no crees que existe la erótica de la edad?

Por supuesto, la experiencia siempre es un grado y me parece muy seductora. El placer se puede dar y recibir a cualquier edad. El cerebro es el órgano sexual más importante y, si mantenemos o trabajamos nuestra erótica y no dejamos de jugar, podemos vivar la sexualidad plenamente toda la vida. Además, aunque a algunas personas no les guste la arruga, como ocurre con preferencias, cada vez son más las personas sapiosexuales, a las que les atraen las mentes más que los cuerpos. Yo siempre digo que hay viejóvenes de todas las edades.

¿Qué consejos podrías ofrecer a esas parejas que perdieron la pasión? Que pueden recuperarla, ¡en serio! Y que no solo no duele, sino que además es muy divertido. ¿Y aquellas personas que enviudaron o decidieron ser solteras?

Que la sexualidad no se vive solo con la pareja, ni es necesario tenerla. Y que la sexualidad está en todo, no solo en los genitales, y que hagan el uso de su mente y cuerpo que deseen independientemente de su condición social o edad.

¿Aprendiste algo significativo de tu abuela a la hora de afrontar el envejecimiento?

Aprendí que la sexualidad es un presente y la edad solo un número. Y si mi abuela pudo, tú, seas quien seas, también podrás.

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¿Qué hubiese dicho tu abuela si hubiera leído este libro?

¡Anda Chochona, la que has liado! jeje, y se hubiera partido de risa. Además, sé que estaría muy orgullosa por ayudar a tanta gente y porque su nieta haya podido plasmar esta bonita historia, cumpliendo un deseo común.

Conversaciones sexuales con mi abuela, Ana Sierra

Un libro con el que descubrir tu sexualidad, desterrar mitos y creencias sin fundamento, conocer mejor tu cuerpo y aprender a disfrutar de tus relaciones sexuales.

Hoy en día tenemos a nuestro alcance numerosa información sobre sexualidad, pero no siempre es adecuada (o simplemente no recurrimos a ella). Gracias a la complicidad y al desparpajo de su abuela, la sexóloga Ana Sierra nos aclara numerosas dudas y tabúes que se mantienen a pesar del paso de los años.

Con un estilo desenfadado y riguroso, la autora nos transmite sin tapujos gran cantidad de claves para entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás porque, contrariamente a lo que habitualmente creemos, la sexualidad está en todo y nos acompaña a todas partes.

De manera que, en las distintas situaciones a las que nos enfrentamos cada día, hagamos el amor y mantengamos relaciones sexuales, pero, eso sí, de manera muy consciente.

Editorial Kailas

Sobre la autora:

Ana Sierra (@anasierraes )

es psicóloga general sanitaria y sexóloga. Disfruta como docente en diversos másteres y posgrados, y también «humanizando» empresas y en diversas formaciones. Escribe en Zen, suplemento de bienestar del diario El Mundo y copresenta su «Consultorio de Pareja» en Facebook Live. Dirige y presenta programas de divulgación sexual para radio y televisión, y colabora con varios medios. Apasionada de la neurofelicidad, es Laughing Yoga Master, creadora de la RiSEXterapia y experta y pionera en el uso de las cartas asociativas aplicadas a la sexología. Además, es ponente en congresos nacionales e internacionales.

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