La edad cambia nuestra relación con la sal
La forma en que el cuerpo controla los niveles de sodio y líquidos cambia con la edad. Somos menos capaces de regular los niveles de líquidos, la sed y la concentración de orina que en nuestra juventud. Pero, ¿qué pasa con la capacidad de procesar alimentos salados y eliminar el exceso de sodio?
Un estudio publicado en el American Journal of Physiology – Regulatory, Integrative and Comparative Physiology informa que la edad tiene un impacto significativo en la capacidad del cuerpo para deshacerse del exceso de sodio. Por esta razón, los científicos creen que los adultos mayores corren un mayor riesgo de sufrir las consecuencias negativas que conllevan las dietas altas en sal.
Esas consecuencias son graves. La hipernatremia es el resultado de la retención de sodio que puede conducir a una disfunción del sistema nervioso central y una disminución de la eficacia de los medicamentos, lo que lleva a eventos adversos para la salud.
Reemplazo de sodio
Encontrar un sustituto de la sal no es fácil, ya que estamos condicionados a que nos guste desde una edad temprana. Muchas de nuestras comidas favoritas, ya sean papas fritas, tocino o nueces, tienen un alto contenido de sal.
Hay sustitutos de la sal, pero la mayoría contiene cloruro de potasio como ingrediente principal en lugar de cloruro de sodio, lo que puede ser peligroso para quienes padecen problemas renales o hepáticos, ya que sus cuerpos luchan por eliminar el exceso de potasio. También puede causar complicaciones para las personas que toman medicamentos para afecciones cardíacas.
Aparte de eso, sin embargo, los sustitutos de la sal generalmente se consideran seguros, pero no necesariamente una opción saludable. La mejor manera de reemplazar la sal en su dieta es dejarla completamente libre y, en su lugar, usar una variedad más completa de hierbas y especias para darle sabor a sus comidas. Algunos buenos ejemplos incluyen ajo (fresco o en polvo), jugo de limón, vinagres, comino, romero, salvia, nuez moscada, canela, pimienta, estragón, orégano y mezclas de hierbas que no contengan sal.