Las secuelas tras la pandemia
Tal como explica el doctor Ramón Rabuñal, “inicialmente, dada la progresión de la enfermedad, con afectación pulmonar grave que precisaba en muchas ocasiones actitudes agresivas, con soporte en UCI, ventilación mecánica, diálisis, etc, pensábamos que las secuelas físicas iban a ser muy importantes. Asimismo algunas descripciones de series cortas o casos aislados, apoyaban esta idea. Sin embargo, a medida que se fue conociendo más la enfermedad, y teniendo ya resultados de evolución de series más grandes de pacientes, hemos visto que, en los pacientes que sobreviven, afortunadamente las secuelas físicas no son tan graves.
En nuestra consulta hemos evaluado a todos los pacientes que precisaron ingreso por neumonía por COVID-19 a los dos meses del ingreso. Las secuelas físicas fueron en general de poca entidad, y asociadas fundamentalmente al tiempo de estancia en UCI: polineuropatía del paciente crítico, con pérdida de masa muscular y debilidad en este contexto, secuelas de la intubación prolongada, etc. Por el contrario la función pulmonar se recuperó prácticamente al completo en la mayoría de los pacientes
Sí que hemos observado síntomas más inespecíficos, como astenia, cansancio, fatiga muscular o algias torácicas, similares a los descritos en algunas series. También son frecuentes los síntomas psicológicos derivados tanto de la propia enfermedad, como de la situación excepcional en la que vivieron los pacientes, aislados de su entorno y con poco contacto humano. En este sentido sí que observamos cuadros de ansiedad, depresión, y trastornos del sueño”
Entre los pacientes jóvenes y mayores, se observa que los primeros suelen presentar estos problemas con menor intensidad, y con recuperación más temprana.
Sobre el tiempo que puedan durar estas secuelas, el doctor Rabuñal afirma que “todavía no hay datos para establecer la duración de estos síntomas, pero teniendo en cuenta la experiencia previa de otros pacientes con enfermedades virales agudas y/o ingresos prolongados en UCI esperamos que la mayoría de los síntomas se vayan resolviendo en los próximos meses conforme los pacientes recuperen su vida habitual”.
Desde Medicina Interna se les está tratando básicamente con apoyo. “En la consulta los evaluamos detenidamente, se les practica analítica y radiografía de tórax para descartar secuelas orgánicas y/o establecer en su caso el tratamiento adecuado, se les tranquiliza y explica la evolución esperada de la enfermedad, y se les propone en su caso ejercicios específicos de rehabilitación según la disfunción presentada”, concluye el especialista.
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