sanidad publica coronavirus

Por una sanidad pública, universal y libre de “edadismo”

Sanidad en tiempos de coronavirus

En el momento en el que nos encontramos, inmersos en la tercera ola de la Covid-19 y tras el nuevo nombramiento de Carolina Darias como nueva Ministra de Sanidad, desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP consideramos necesario recordar las principales necesidades y derechos de las personas mayores.

La nueva ministra, deberá tratar algunos de los importantes retos a los que nos enfrentamos el colectivo de personas mayores ante la grave crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

Nuestras reivindicaciones no están aisladas de las del resto de la sociedad, y por tanto, buscamos políticas transversales dirigidas a garantizar los derechos y las necesidades de las personas mayores.

Reforzar el Sistema Nacional de Salud (SNS)

Consideramos fundamental reforzar el Sistema Nacional de Salud (SNS) y su capacidad de respuesta ante el envejecimiento, la cronicidad y la mayor demanda derivada de las patologías asociadas a la edad. Para ello, es necesario dotar al Sistema de recursos económicos, profesionales y tecnológicos.

Es necesario reducir las listas de espera, así como generalizar la universalidad en el acceso a los servicios sanitarios y ofrecer una cartera de servicios acorde con las necesidades de la población, dedicando especial atención a las personas mayores del entorno rural y a las personas mayores con discapacidad.

En este sentido, muchos de nuestros pueblos y municipios no cuentan con los recursos sanitarios necesarios. Hablamos de algo tan crucial como contar con un ambulatorio o centro de salud y contar con un doctor o una doctora todos los días.

Queremos un sistema de salud que apueste de verdad por el fomento de la autonomía personal a lo largo de la vida, el envejecimiento activo y saludable, la medicina preventiva o la geriatría. Que promueva la actividad física de las personas mayores, así como su alimentación saludable y la implantación y desarrollo de planes de envejecimiento activo en todas las Comunidades Autónomas, así como evitar la saturación de la demanda con el refuerzo de la oferta.

Recursos para Atención Primaria

Desde UDP también consideramos prioritario reforzar y destinar más recursos a la Atención Primaria, estabilizar las condiciones laborales de los hospitales e incrementar su asistencia hasta que se cubran las ratios internacionalmente definidas, pues de ello dependen las vidas no solo de los y las pacientes, sino de las personas profesionales que trabajan sin descanso para frenar esta pandemia.

No podremos avanzar hacia un modelo de atención centrada en las personas, si no destinamos recursos a la Atención Primaria, para que nuestras profesionales de la Salud Pública puedan realizar un seguimiento más cercano y continuado de sus pacientes.

Invertir y dotar con más recursos al personal profesional de la salud es crucial para salvar vidas y para evitar el colapso del sistema sanitario.

Recursos para las Residencias de mayores

Se debe garantizar que se está cumpliendo con los protocolos contra el coronavirus garantizado por el Estado en las Autonomías, para que no se vuelvan a repetir situaciones como las vividas durante la primera ola, en la cual fallecieron más de 20.000 personas en situación de dependencia.

Recalcamos la necesidad de aumentar los ratios del personal cualificado en las Residencias de Mayores. Una problemática que ante un estado como el actual, siendo estos centros más vulnerables a contagios masivos por coronavirus, evidencia el desborde al que se ven sometidos muchos de estos trabajadores y trabajadoras, dada la imposibilidad de prestar una atención adecuada por falta de personal, a las personas residentes.

Como integrantes de la Plataforma Nacional Sin Sujeciones, instamos a promover una atención personalizada y libre de sujeciones físicas y químicas en las prácticas de cuidado que se desarrollan en los entornos sanitarios y sociales con las personas mayores, personas con discapacidad, con enfermedad mental y pacientes.

Asimismo, se debe apostar por favorecer la construcción de nuevos centros, más cercanos y próximos a las residencias habituales de las personas usuarias.

No está demás, recordar que alrededor de 100.000 personas, que tienen reconocido actualmente grado II y III de dependencia, están a la espera de recibir alguna de las atenciones a las que tienen derecho, como la solicitud de una plaza pública o una prestación económica para ser atendidas en centros residenciales.

En materia de Dependencia y Autonomía Personal, queda mucho por avanzar para reducir drásticamente las listas de espera de los servicios de ayuda a domicilio, garantizar el Sistema Público de Atención a la Autonomía Personal y asegurar el acceso al mismo, al importante número de personas que están pendientes de valoración.

Asimismo, insistimos en la necesaria regularización académica y laboral de las personas cuidadoras de personas mayores en situación de dependencia y/o con enfermedades.

Una Sanidad libre de Edadismo

Por ello, desde UDP consideramos fundamental garantizar el derecho a la atención sanitaria de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación sea cual sea su edad, así como garantizar el derecho a una vida digna y autónoma.

Rechazamos cualquier práctica de triaje ya empleada en marzo y abril tras el colapso sanitario por la Covid-19, donde en muchas ocasiones se tomaron medidas discriminatorias, donde la edad o el grado de dependencia, fueron tomadas en cuenta a la hora de dar o no servicio o atención médica.

Exigimos un mayor control en la gestión y en los protocolos de vacunación frente a la Covid-19, asegurando que las personas más vulnerables al virus y aquellas que SÍ están en primera línea de contagios (personal sanitario, personal de Ayuda a Domicilio, profesionales de centros de día y residencias, etc.) accedan en riguroso orden a sus dosis.

Queremos ser consultadas:

Como todas las personas, el colectivo de personas mayores somos SUJETOS con decisión de nuestra salud y de tantos otros temas que afectan a nuestro día a día. Y por tanto exigimos que se cuente con nosotras, frente al tutelaje. Tenemos derecho a la información sanitaria y queremos ser consultadas antes de tomar medidas que nos afectan directamente.

Por otra parte, ante un escenario que inevitablemente apuesta por lo digital frente a lo presencial, desde las asociaciones de mayores demandamos más recursos enfocados a la formación digital y relacionada con la salud de las personas mayores para que todas las personas puedan acceder sin restricciones al derecho a la información, en este caso sanitaria.

Dado que muchas personas mayores, con el paso de los años, ven limitada alguna de sus capacidades físicas o sensoriales, exigimos que todas las aplicaciones para teléfonos móviles así como los recursos existentes en la WEB para hacer uso de servicios dirigidos a la ciudadanía, cumplan sin excepción desde un inicio con las  pautas de accesibilidad para personas con discapacidad.

La brecha digital entre muchas personas del colectivo de mayores, así como el que no siempre se respetan los estándares de accesibilidad y usabilidad de los recursos tecnológicos, impide en numerosas ocasiones el acceso a algo tan sencillo para otras personas como pedir una cita online con el médico, entre otros trámites, sin tener que pedir ayudas a terceros.

En estos momentos, más que nunca, la sociedad y las instituciones que nos representan tienen que estar a nuestro lado, hacer suyas nuestras necesidades y reconocer nuestro papel social, demostrado en tantas ocasiones.

Hoy más que nunca, la amigabilidad de nuestros entornos, pueblos, municipios y ciudades, adquiere un significado más real y concreto.

Debemos avanzar y garantizar que los entornos físicos y socio sanitarios de las personas mayores sean amigables, procurando los recursos necesarios para la adaptación o adecuación de las viviendas de las personas mayores en términos de accesibilidad y eficiencia energética. Pero también, dotando de recursos y presupuestos a la Red Española de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores del Imserso.

Una de las mayores enseñanzas de esta epidemia mundial es el valor de la salud pública, la importancia de la inversión en lo más importante que todas las personas necesitamos y queremos: nuestra salud.

Y ésta no es sólo una cualidad individual y personal, sino que descansa en todos y cada uno de los ámbitos de nuestros entornos de vida.