La presbiacusia es la pérdida auditiva causada por la edad. Se debe al deterioro gradual que tiene lugar en la cóclea y en las vías auditivas con el paso de los años y empieza a manifestarse de manera gradual a partir de los 50 años. Es a partir de los 65 años cuando la incidencia es mayor.
Lo ideal, según corrobora Jaume Forner, audioprotesista y gerente de Formación de los centros auditivos Aural, los pioneros en audiología en nuestro país, es que la persona que empieza a notar que tiene dificultades para oír y entender bien (algo que suele ser más evidente en entornos ruidosos o en conversaciones con varias personas a la vez) acuda cuanto antes a un centro auditivo en busca de una solución a la pérdida auditiva.
No sucede, en muchas ocasiones, de esta manera. De hecho, y a pesar de la importancia de la audición, casi el 40% de la población entre 35 y 65 años nunca se ha hecho una revisión auditiva. Pero hay otro dato más alarmante: Solo tres de cada diez personas de nuestro país con pérdida auditiva utiliza audífonos. El resto, bien sea por desconocimiento bien por prejuicios, no los utiliza, con lo cual no puede disfrutar de una calidad de vida plena.
El dato no es baladí, porque no poner solución a la pérdida auditiva tiene consecuencias: La pérdida auditiva sin tratar ocasiona que las personas tiendan a limitar sus actividades sociales y dejen de interactuar con los demás, lo que provoca aislamiento, puede desencadenar depresión, estrés y ansiedad e incluso puede acelerar el deterioro cognitivo. Esto puede suceder porque la falta de estimulación genera un deterioro prematuro y acelera el proceso de envejecimiento.
Es por ello que los profesionales de los centros auditivos insisten en romper los mitos y prejuicios que todavía existen en nuestro país en relación a los audífonos, prejuicios que no están tan presentes en otros países europeos.
Porque si bien es cierto que el envejecimiento es una de las causas principales de la pérdida auditiva, también es cierto que hay muchas personas jóvenes que utilizan audífonos.
Y porque una persona que recupera su audición recupera su bienestar y su calidad de vida y vuelve a conectarse con la vida. “Los audífonos permiten volver a conectarse con el entorno, relacionarse de una forma óptima, evitando problemas de incomodidad social y de aislamiento, mejorando así la calidad de vida de las personas mayores”, apunta Jaume Forner, de la red de centros auditivos Aural.
