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La peste negra resurge en Mongolia

De hace meses el mundo viene luchando contra el coronavirus (Covid-19), pero Mongolia ahora se ve afectada por una cuarentena en su región occidental, que limita con Rusia, tras haber identificado dos casos sospechosos de peste negra, la plaga medieval que continúa con remanentes en la actualidad por el consumo de carne de marmota.

Desde el Centro Nacional de Mongolia para las Enfermedades Zoonóticas (NCZD), señalaron que los tests de laboratorio confirmaron que dos individuos no identificados contrajeron «la peste de las marmotas» en la región de Khovd.

Además, el Centro aclaró que había dispuesto la cuarentena para la capital de la provincia y uno de los distritos de la región, unos 500 kilómetros al sur de las repúblicas siberianas meridionales de Tyva y Altai.

¿Qué fue la peste negra?

La peste negra o muerte negra se refiere a la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Eurasia en el siglo xiv y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero en el siglo XXI las estimaciones de 25 millones de personas solo en Europa, aproximadamente un tercio de la población, se consideran muy optimistas.La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia pestis.​ Es común que la palabra «peste» se utilice como sinónimo de «muerte negra», aun cuando aquella deriva del latín «pestis», es decir, «enfermedad» o «epidemia», y no del agente patógeno.

De acuerdo con el conocimiento actual, la pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa, a través de las rutas comerciales. Introducida por marinos, la epidemia dio comienzo en Mesina. Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra. Hamburgo, Colonia y Bremen fueron las ciudades en donde una mayor proporción de la población murió. En cambio, el número de muertes en el este de Alemania fue mucho menor.

Las consecuencias sociales de la muerte negra llegaron muy lejos; rápidamente se acusó a los judíos como los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchos lugares de Europa se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías. Aun cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la falta de autoridad debido a la agitación social, que a su vez era consecuencia de la gravedad de la epidemia, generalmente no les permitía a aquellos tener éxito.

La enfermedad de la peste negra

No termina de haber acuerdo entre los historiadores, médicos y biólogos sobre qué agente infeccioso causó la enfermedad, por lo tanto, no hay consenso si fue o no una variedad de la peste bubónica u otra enfermedad distinta, como el carbunco, la llamada peste negra. En aquel tiempo la medicina no estaba preparada, no ya para tratar la enfermedad, ni tan siquiera para investigarla, pese a los heroicos esfuerzos y sacrificios de personas como Juan Tomás Porcell. No obstante, la mayoría de variedades de Yersinia pestis se han encontrado en China, lo que sugiere que la epidemia podría haberse originado en esa región.

Síntomas de la peste negra y mortalidad

Varios cronistas de la época indican la brusquedad con la que aparecían los síntomas. Una persona podía estar sana por la mañana y tener fiebre alta por la tarde para morir al llegar la noche. Según la literatura médica y de otra índole, los afectados padecían todos o varios de los siguientes síntomas según Giovanni Boccaccio (2013) y otros autores:

  • Fiebre alta incluso superando los 40 grados.
  • Tos y esputos sanguinolentes.
  • Sangrado por la nariz y otros orificios.
  • Sed aguda.
  • Manchas en la piel de color azul o negro debido a pequeñas hemorragias cutáneas.
  • Aparición de bubones negros en ingles, cuello, axila, brazos, piernas o tras las orejas, debido a la inflamación de los ganglios pertenecientes al sistema linfático.
  • Gangrena en la punta de las extremidades.
  • Rotura de los bubones supurando líquido con un olor pestilente.
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La máscara de la peste negra

Durante los brotes de peste bubónica de aquel periodo (una pandemia que se repitió en Europa durante siglos), las ciudades afligidas por la enfermedad contrataron a médicos de la peste negra que practicaban algo que se hacía pasar por medicina cuando atendían a residentes ricos y pobres por igual. Estos galenos prescribían lo que consideraban brebajes protectores y antídotos de la peste, registraban testamentos y llevaban a cabo autopsias, y algunos lo hacían llevando las máscaras picudas.

El uniforme se le suele atribuir a Charles de Lorme, un facultativo que atendió las necesidades médicas de muchos miembros de la realeza europea durante el siglo XVII, entre ellos el rey Luis XIII y Gaston d’Orléans, hijo de María de Médici. Describió un atuendo que incluía un abrigo cubierto de cera aromática, los calzones metidos en las botas, la camisa metida en el pantalón y un sombrero y unos guantes hechos de cuero de cabra. Los médicos de la peste negra llevaban una vara con la que podían tocar a (o defenderse de) las víctimas.

El sombrero era particularmente inusual: los médicos de la peste negra llevaban anteojos y una mascarilla con una nariz de «15 centímetros, en forma de pico de ave, llena de perfume y con solo dos agujeros, uno a cada lado de las fosas nasales, pero que era suficiente para respirar y transportar en el aire que se respira la impresión de las [hierbas] colocadas en la punta del pico», continuó de Lorme.

Aunque los médicos de la peste de toda Europa llevaban estos atuendos, el aspecto era tan emblemático que en Italia el «médico de la peste» se convirtió en un personaje básico de la commedia dell’arte y las celebraciones carnavalescas y sigue siendo un disfraz popular en la actualidad.

Carne de marmota

En las últimas 24 horas se han registrado dos casos confirmados de esa enfermedad potencialmente letal en Mongolia.

Los infectados son una joven pareja, un hombre de 27 años y una mujer cuya edad no trascendió, que enfermaron tras consumir carne de marmota sin cocción previa.

Al consumir la carne cruda, los pulmones de la mujer habrían resultado afectados por la bacteria «Yersinia pestis» —el agente infeccioso responsable de la enfermedad— y su estado de salud se estima como crítico.