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El vínculo entre la actividad física y la fragilidad entre las personas mayores

La fragilidad en las personas mayores

La fragilidad es el término médico para debilitarse o experimentar niveles más bajos de actividad o energía. El volverse frágil a medida que envejecemos aumenta nuestro riesgo de mala salud, caídas, discapacidad y otras condiciones graves.

El envejecimiento aumenta el riesgo de volverse frágil. A medida que  vivimos más años, es probable que la fragilidad plantee un problema de salud pública mayor en el futuro cercano. Los expertos en geriatría (el campo de la atención de la salud centrado en el cuidado de las personas mayores) sugieren que mantener un estilo de vida saludable puede reducir las probabilidades de volverse frágil.

Estilo de vida saludable

Un aspecto de un estilo de vida saludable es realizar actividad física con regularidad. Sin embargo, los estudios sobre la asociación entre actividad física y fragilidad en adultos mayores muestran resultados diferentes.

Algunos estudios sugieren que la actividad física regular podría retrasar la fragilidad y reducir su gravedad, pero otros estudios no. Y la mayoría de los estudios han examinado a personas de 50 a 70 años, por lo que la información que tenemos para las personas mayores de 70 años es limitada.

La investigación

Para abordar esta brecha, los investigadores realizaron un nuevo estudio como parte de un proyecto europeo que promueve un envejecimiento saludable en personas mayores. Examinaron los beneficios de la asistencia que ayuda a las personas mayores a seguir sus medicamentos recetados y prevenir caídas, fragilidad y soledad. Los participantes recibieron atención en lugares de estudio en cinco países europeos (España, Grecia, Croacia, Países Bajos y Reino Unido). Los resultados del estudio se publicaron en la revista Journal of the American Geriatrics Society.

Las personas mayores de 70 años que realizaban actividad física de forma regular, podían mejorar o mantener su nivel de fragilidad, física, psicológica y socialmente.

Entre otras cuestiones, se preguntó a los participantes: «¿Con qué frecuencia realiza actividades que requieren un nivel bajo o moderado de energía, como la jardinería, la limpieza o dar un paseo?»

Los investigadores consideraron que la «frecuencia regular» implicaba realizar tales actividades más de una vez a la semana; «baja frecuencia» implicaba participar en estas actividades una vez a la semana o menos.

De los participantes, 1.215 adultos mayores de 70 años se incluyeron en el grupo que recibió asistencia. 1,110 no recibieron ninguna intervención, pero fueron seguidas para comparar. Los participantes del primer grupo recibieron una evaluación de riesgos, una toma de decisiones compartida y atención dirigida a reducir el riesgo de caídas, el uso inadecuado de medicamentos, la soledad y la fragilidad.

Resultados del estudio

En comparación con los participantes que eran moderadamente activos al comienzo del estudio, los participantes que eran moderadamente activos una vez a la semana o menos eran significativamente más frágiles física, psicológica y socialmente durante el período de seguimiento del estudio.

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Los participantes que eran regularmente activos moderadamente eran los menos frágiles y los participantes que eran moderadamente activos menos de una vez a la semana eran los más frágiles.

Los investigadores descubrieron que las personas mayores de 70 años que realizaban actividad física de forma regular, así como las personas que aumentaban su nivel de actividad de forma regular, podían mejorar o mantener su nivel de fragilidad, no solo físicamente, sino también psicológicamente y socialmente.

Referencias:

  1. Zhang, X., et al. (2020) Longitudinal Association Between Physical Activity and Frailty Among Community‐Dwelling Older Adults. Journal of the American Geriatrics Society. doi.org/10.1111/jgs.16391.