Utilizamos en este post el término de brecha digital en el sentido de distancia que existe entre diferentes grupos de edad en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. (La principal definición de Eurostat hace referencia a la distinción entre las personas que tienen acceso a internet y son capaces de usar los servicios ofrecidos por la red, y aquellas otras que están excluidas de esos servicios).
Dentro de esas tecnologías destaca internet y la comunicación mediante el teléfono móvil. Internet es la herramienta de comunicación electrónica de mayor crecimiento mundial en las dos últimas décadas del XX y en estos años del presente siglo. La población que menos se ha beneficiado del uso de esas tecnologías ha sido la población mayor.
En 2007 siete mayores (65-74 años) de cada cien utilizaron internet en los tres meses previos a la encuesta. En 2017 ya son 44. Si comparamos el uso que hacen las personas mayores con el de otros grupos de edad, por ejemplo, el de los más jóvenes (16-24 años), que son los mayores usuarios, se aprecia una distancia notable, que llamamos brecha digital. Esta brecha se viene reduciendo en los últimos años (Figura 1); la distancia entre uno y otro grupo ha pasado de 78,6 a 54,3 puntos porcentuales entre esas dos fechas, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en los hogares del Instituto Nacional de Estadística, cuya Nota de prensa acaba de aparecer (5-10-2017).
En cuanto al uso del móvil los mayores lo utilizan más frecuentemente que internet, y la diferencia con otros grupos de edad es más reducida; la distancia entre el grupo de mayor y menor uso también se ha reducido (Figura 2); las ganancias entre 2007 y 2017 han sido más elevadas entre los mayores pues partían de unas cifras más bajas de uso, como sucedía con internet. En 2017 el 85,3% usó el móvil en los tres meses anteriores a la encuesta (99,0% el grupo de edad más joven).
Los factores de la reducción de esa brecha digital pueden ser diversos. Una expansión de las infraestructuras, calidad y velocidad, una ampliación de ofertas de las operadoras de comunicación, el abaratamiento de equipos y facilidad de conexión, la mejora de las condiciones económicas de las personas mayores, las políticas de expansión de la cultura digital desarrolladas por ayuntamientos y otras organizaciones, han podido facilitar el acceso de estas personas mayores a la red y a la telefonía móvil.
Pero quizá la razón demográfica sigue teniendo fundamento en esta reducción. La demografía actúa por una doble vía: primero, va dejando fuera de observación a los mayores que cumplen 75 o más años que no entran en el objetivo de la Encuesta; suelen ser las personas con un nivel de instrucción más bajo, con un elevado porcentaje con estudios primarios, primarios incompletos o bien analfabetos; y con su salida de observación mejoran las estadísticas. Segundo, empiezan a llegar al umbral de 65 años personas que tuvieron mayor escolarización y que durante su vida adulta se habituaron al uso de las nuevas tecnologías; además, son personas con mayores recursos culturales y económicos. Esto mejora sus porcentajes de uso de internet.
Las comunidades autónomas que presentan un porcentaje más alto de personas mayores que han utilizado internet en los últimos tres meses son: Madrid, País Vasco y Aragón; las comunidades con menor uso son Castilla-La Mancha, La Rioja y Com. Valenciana. La media nacional es de 43,7% (Figura 3).
La eliminación de la brecha digital se encuentra entre los principales objetivos de la política social de la Unión Europea: conseguir una mayor cohesión social entre los ciudadanos, gracias a la utilización de instrumentos de la sociedad de la información. Individuos, asociaciones, poderes públicos tienen todavía un camino por recorrer para eliminar la brecha digital entre los mayores y el resto de la población, especialmente en el uso de internet.
Blog Envejecimiento [en-red],
6 de octubre, 2017. ISSN 2387-1512.