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Qué es la materia blanca
Uno de los tejidos cerebrales que llama mucho la atención en la comunidad médica es la materia blanca y no es de extrañar puesto que el cerebro es un órgano fascinante y los científicos están revelando gradualmente su complejidad. Dado que la longevidad es un tema popular en la sociedad moderna debido al aumento de la esperanza de vida, los científicos están investigando cuidadosamente el envejecimiento del cerebro.
El cerebro envejecido sufre una gran cantidad de cambios que influyen en la vida cotidiana y aumentan los factores de riesgo de muchas enfermedades neurodegenerativas.
La materia blanca es la parte del tejido que conforma el sistema nervioso central de los vertebrados. Consta principalmente de fibras nerviosas encerradas en vainas blancuzcas de mielina y ocupa el 50 por ciento del volumen cerebral.
El cerebro es esencialmente como una red telefónica. Las diferentes regiones funcionales están conectadas entre sí por fibras nerviosas, lo que permite la comunicación entre ellas. Las señales eléctricas pasan a través de estas fibras como cables telefónicos y las fibras están rodeadas por un tejido graso blanco llamado mielina que facilita una conducción más rápida.
Durante el envejecimiento, se producen diferentes cambios patológicos en estos alambres, en los propios axones y en la mielina que los rodea. Estos cambios son aún más graves en enfermedades y trastornos como el Alzheimer.
Pero, ¿cómo podemos visualizar estos cambios?
Imágenes de resonancia magnética detecta materia blanca
La mayoría de la gente sabe que hacerse una resonancia magnética significa introducirse en una gran máquina que proporciona imágenes de alta resolución de los órganos internos. Pero las resonancias magnéticas también se pueden usar como un caleidoscopio. Al girar el caleidoscopio, se obtienen diferentes imágenes y contrastes que no solo son anatómicos sino cuantitativos. Esto es de gran valor para los científicos.
La técnica que permite la visualización de la sustancia blanca se llama resonancia magnética de difusión o imágenes con tensor de difusión (DTI). La técnica DTI ilustra gráficamente la sustancia blanca y muestra el deterioro de la sustancia blanca debido a la edad. Las regiones del cerebro responsables de la memoria y la función ejecutiva (regiones temporal y frontal) son las que se deterioran de forma más rápida y severa, según un estudio publicado en Neuropsychological Reviews.
Además, las medidas cuantitativas de la sustancia blanca se correlacionan con el rendimiento cognitivo. En un estudio publicado en Frontiers in Neuroscience , los sujetos que se desempeñaron mejor en una tarea matemática, tenían una mayor densidad de tractos de fibra en una región del cerebro que se sabe que está involucrada en el cálculo matemático.
Sorprendentemente, el uso de este método ha demostrado que el cerebro puede cambiar. En un estudio publicado en Nature Neuroscience : los sujetos fueron entrenados para hacer malabares. Los sujetos fueron escaneados antes y después del entrenamiento usando DTI, y se encontraron cambios en la materia blanca en una región del cerebro relacionada con la compleja tarea de hacer malabares. En un estudio realizado en la Universidad de Tel Aviv , incluso se mostraron cambios en el cerebro el mismo día después de memorizar una pista espacial en un videojuego.
Estos estudios demuestran que el cerebro no es rígido. Es flexible y tiene la capacidad de cambiar. Estos fenómenos se denominan «plasticidad cerebral».
Los cambios en el cerebro no son una predestinación. Puede mejorar el cerebro incluso envejeciendo, y las imágenes nos permiten ver incluso las pequeñas diferencias que hace.
