La Soledad en las Personas Mayores

Los días 22, 23 y 24 de noviembre de 2017 ha tenido lugar el curso Soledad en las personas mayores, dirigido por Dr. Javier Yanguas y Dra. Sacramento Pinazo-Hernandis, organizado por la International Association of Gerontology and Geriatrics-Europa y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología a través de su Fundación Envejecimiento y Salud. Se trata del primer curso de la IAGG-EU en colaboración con la SEGG celebrado en España.

Con gran éxito de convocatoria, el curso realizado en la UIMP Valencia ha debatido en torno a un tema importante para las sociedades que envejecen: la soledad y sus diferentes manifestaciones. Porque no es lo mismo estar solo que sentirse solo y así lo manifiestan las investigaciones que diferencian entre soledad y aislamiento social y dentro de la soledad distinguen entre soledad social y soledad emocional.

Los ponentes: Clemens Tesch-Römer (IAGG-EU, Berlin Institute of Ageing), Mario Barbagallo (Universidad de Palermo, IAGG-EU), Javier Yanguas (Fundación Bancaria “la Caixa”), Dolores Puga (CSIC), Kimberley Smith (Surrey University, UK), Andrés Losada (Universidad Rey Juan Carlos), Mercé Pérez-Salanova (Universidad Autónoma de Barcelona), Sacramento Pinazo-Hernandis, (Universidad de Valencia), Ana Belen Santos-Olmo (Universidad Complutense de Madrid), Francisco Tarazona (Hospital de La Ribera).

La soledad es un sentimiento subjetivo que puede cambiar a lo largo de la vida y que se ve afectado por las transiciones vitales y las circunstancias de las personas que envejecen. Somos seres sociales y necesitamos de los demás para fortalecer nuestra identidad. Y no es lo mismo vivir solo que sentirse solo. Y tampoco es lo mismo aislamiento social que soledad.

El perfil sociodemográfico de las personas que están en mayor riesgo de sentirse solas coincide con ser mujer, tener más edad, bajo nivel formativo, pocos ingresos, no tener pareja y vivir solo
.En el curso se habló de las múltiples soledades o múltiples modos de vivenciar la soledad. Para Mercé Perez-Salanova la construcción del malestar de la soledad es singular porque en el proceso de envejecimiento, las pérdidas de objeto someten al Yo a múltiples pruebas, teniendo que confrontarse a pérdidas en el propio cuerpo y en su sistema familiar y laboral; y a lo largo de la vida, y en función de cómo hayamos afrontado esas pérdidas, así afrontaremos también nuestra soledad.

Javier Yanguas habló de la soledad de las personas mayores que viven acompañadas, en este caso, en residencias de personas mayores. Y es que… ¿se puede uno sentir solo en compañía? Parece que sí. No hay mucho investigado sobre el tema, pero las investigaciones que hablan de la vida en los centros residenciales insisten en la necesidad de propiciar entornos facilitadores de vida, con actividades que tengan en cuenta su historia de vida, sus deseos, sus preferencias, y que sigan dando un sentido a la vida de cada uno.

Andres Losada se centró en la soledad de los cuidadores de personas en situación de dependencia: los olvidados en los estudios sobre el envejecimiento. Muchos de ellos (o ellas) son personas mayores también con sus particularidades en su proceso de envejecimiento.

Los datos macrosociales también fueron comentados en la ponencia de María Dolores Puga, quien señaló la importancia de tener en cuenta las transiciones por las que pasan las personas y la incidencia de las mismas: pérdida de la pareja, aumento de la discapacidad, disminución de la integración social, resaltando la importancia no tanto del tamaño de la red social sino de las pérdidas significativas en dicha red social

Con respeto a qué tipo de intervenciones son las más útiles, Sacramento Pinazo revisó los tipos de intervenciones sobre soledad y su eficacia diferencial. En síntesis, y según el lugar de la intervención, hay dos tipos de intervenciones: en casa (o en la comunidad) y en contextos residenciales. Según el tipo de programa de intervención, nos encontramos programas cara a cara, programas con comunicación mediada (llamadas por teléfono, a través de internet), programas de be-friending, programas con animales, o programas con robots sociales. Sobre su eficacia es difícil concluir dado que a menudo son tan dispares que es difícil hacer comparaciones; a veces, porque el instrumento de medida es distinto (UCLA LS o bien dJGLS); a menudo, porque muchas de las intervenciones presentan problemas de método.

¿Y cómo afecta la soledad a la salud? De este tema hablaron Mario Barbagallo y Francisco Tarazona, mostrando datos contundentes: la soledad afecta al cuerpo más que el sedentarismo, la falta de ejercicio físico, fumar 15 cigarrillos o el alcoholismo.

Las personas solas suelen tener la movilidad reducida y más limitaciones en las actividades de la vida diaria
En 2004, American Geriatrics Society/National Institute on Aging Conference sobre fragilidad: “Un estado de mayor vulnerabilidad a factores externos debido al declinar relacionado con la edad en la reserva fisiológica a través de los sistemas neuromuscular, metabólico e inmune”. La mayor parte de definiciones NO incluyen el estado cognitivo del sujeto, pero la inclusión del deterioro cognitivo, mejora validez predictiva de la definición, y mejora la predicción de eventos adversos.

Clemens Tesch-Römer, hizo un resumen de lo visto durante los tres días del curso y de la necesidad de investigar en el proceso de envejecer y la soledad a lo largo del ciclo vital.

Durante el curso, representantes de organizaciones que realizan proyectos para detectar y reducir la soledad contaron sus experiencias en diferentes lugares de España y UK: Killie Payne (End Loneliness), Amaia Cilvetti (Proyecto Siempre Acompañados, Fundación Bancaria “la Caixa”, en todo el territorio español), Albert Quiles (Amics de la Gent Gran, Cataluña), Manuel Lajara (Amics de la Gent Major, Valencia), María Pascual (Grandes Vecinos, Madrid), Verónica Hermoso (Cruz Roja española), y Florencio Martin Tejedor (Atenzia, en todo el territorio español).