incontinencia urinaria

Cómo afrontar y tratar la incontinencia urinaria en personas mayores

 

La incontinencia urinaria es uno de los problemas de salud más habituales en las personas mayores y se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina de forma frecuente, este problema puede llegar incluso a ser motivo de aislamiento social y pérdida de autoestima. En ocasiones la incontinencia urinaria es una enfermedad en sí misma, pero en muchas otras es un síntoma asociado a diferentes enfermedades. Este problema se sufre en mayor medida en las personas mayores de 65 años, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres, y un 60% de las de más de 80, especialmente si están institucionalizadas.

Es necesario conocer qué se puede hacer en estos casos, cómo afrontarla la incontinencia tratarla para que no afecte en exceso el día a día habitual de las personas

Cuando el organismo funciona bien, no se le presta atención a cada una de las acciones que lleva a cabo de manera natural, sin ser consciente de ello. El control voluntario de la micción o la facultad de vaciar la orina cuando la vejiga está llena y el individuo se encuentra en el entorno adecuado, como el aseo, es un proceso muy complejo para el ser humano. Tanto es así que se comienza a adquirirlo a la edad de los dos o tres años de vida y, por regla general, no se termina de completar hasta los cinco.

 

Deterioro del control de micción a edades avanzadas

El control voluntario de la micción es una función básica corporal que debería mantenerse intacta hasta edades avanzadas. Sin embargo, no siempre ocurre de este modo y es habitual que algunas enfermedades o problemas de salud provoquen pérdidas de orina involuntarias, lo que se conoce como incontinencia urinaria, una situación que puede llegar a producirse en lugares y momentos inadecuados.

Este problema, a su vez, merma considerablemente la calidad de vida y el bienestar social de la persona, pues en muchas ocasiones sufre de problemas de índole higiénica, además de disminuir su autonomía y su autoestima. Sin embargo, hay productos en el mercado para protegerse frente a las pérdidas de orina, como los protectores de Lindor Lady o Lindor Men, pues, aunque ha sido siempre un problema más asociado a las mujeres, no deja de aumentar en el sector masculino de la población.

Estos protectores absorben las gotas de orina que se escapan en momentos inapropiados. De este modo la persona afectada por incontinencia urinaria no siente humedad, ni sufre las consecuencias de esta, como la propagación de hongos o bacterias, ni desprende mal olor.

El uso de estos protectores es un medio eficaz para evitar los problemas de salud que puede acarrear tener las zonas íntimas húmedas y el estigma social que produce. De esta forma, se puede continuar haciendo vida normalmente, sin restar autonomía y sin que la autoestima se vea mermada.

 

Consejos para controlar y superar las pérdidas de orina

Además del uso de los protectores de Lindor disponibles en el mercado, hay otras recomendaciones que pueden seguir las personas que sufren de incontinencia urinaria.

 

Ingesta de líquidos

En primer lugar, es aconsejable que estos pacientes eviten tomar sustancias excitantes, como el café, las bebidas alcohólicas o el té, así como reducir la toma de líquidos a partir de la tarde para evitar pérdidas nocturnas.

 

Actividad física regular

El ejercicio físico y mantenerse activos a medida que se cumplen años es esencial para mantenerse saludables, y también está relacionado la falta de este con la incontinencia urinaria. 

Por tal motivo, para preservar la salud en todos los sentidos y controlar los problemas de pérdidas de orina, se recomienda mantenerse lo más activo físicamente posible, saliendo a caminar una hora diaria, por ejemplo.

 

Utilizar ropa cómoda y de fácil apertura

La vestimenta es importante cuando se sufren pérdidas, pues algunas dificultan y entorpecen llegar al aseo a tiempo. Es necesario utilizar ropa cómoda con sistemas de apertura y cierre sencillos, como los elásticos, que permitan desvestirse de forma rápida al primer síntoma de micción.

 

Intervención ambiental

En la medida de lo posible y en los entornos que sean controlables, se deben reducir las barreras arquitectónicas para acceder al retrete lo más fácilmente posible. También es conveniente cuando se unen problemas de movilidad, facilitar la utilización del inodoro con asideros. En el caso de incapacidad, se debe tener al alcance un orinal o cuña sanitaria para orinar cuando sea necesario.

 

Medidas confort

Aquí se recogen los mencionados protectores absorbentes Lindor dirigidos a ofrecer confort y bienestar, para minimizar las repercusiones negativas de este problema. Su uso requiere un buen cuidado de la piel, realizando una correcta higiene en cada cambio. En caso de que aparezcan irritaciones, se deberá aplicar cremas de barrera.

Además de lo anterior, también es recomendable que el doctor explique en la consulta técnicas de modificación de conducta que tengan como objetivo restablecer el patrón de vaciamiento vesical. Estas son muy efectivas en el control de la micción. En caso de ser necesario, también se puede recurrir al tratamiento farmacológico, siempre bajo prescripción facultativa.