proyecto europeo personas mayores

El movimiento asociativo de las Personas Mayores durante la pandemia

Las personas mayores en el movimiento asociativo

Tomando como punto de partida los informes publicados en el Barómetro MayoresUDP, la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP, en colaboración con el Observatori del Tercer Sector y Cocemfe Barcelona, hace público un nuevo estudio sobre “La participación de las personas mayores a través  de las organizaciones sin ánimo de lucro”.

El objetivo de esta investigación es fortalecer y apoyar el movimiento asociativo y fundacional entre las personas mayores en España, detectando necesidades y comprendiendo los aspectos que motivan a las personas mayores  a participar activamente en la sociedad. Valores altruistas, humanitarios, experiencias de aprendizaje, oportunidad de ejercitar el conocimiento o la mejora del autoestima y la satisfacción personal son algunas de las principales motivaciones.

El estudio ha contado con la participación de personas de más de 65 años vinculadas a movimientos asociativos y a las entidades de mayores, pensionistas y jubiladas y cuya acción voluntaria y solidaria realizan en entornos urbanos, permitiendo conocer sus motivaciones  y su contribución al desarrollo social en nuestro país.

Se trata de personas muy vinculadas con los movimientos sociales a lo largo de su vida, algunas de las personas participantes ya militaban en su juventud o madurez en entidades, asociaciones y/o organizaciones sociales y tras alcanzar la etapa jubilación, han seguido vinculadas con el voluntariado y la participación social.

El asociacionismo de las personas mayores constituye un canal primordial de participación, que se traduce en su presencia en las propias entidades de personas mayores, pensionistas y jubiladas y en el voluntariado.

Así mismo, el voluntariado, juega un papel fundamental como ayuda complementaria a las ofrecidas por las administraciones públicas, que en muchas ocasiones por falta de medios no llegan a todas las personas que requieren algún tipo de ayuda.

Por ello, este nuevo informe publicado por UDP supone una aproximación realista  al movimiento asociativo del colectivo de las Personas Mayores y su contribución al desarrollo social en nuestro país. Además, se analizan los retos a los que se enfrentan las entidades sociales en el nuevo escenario sociopolítico, marcado por la crisis sanitaria de la Covid-19.

Desde las propias entidades de personas mayores, otros colectivos y organizaciones de la sociedad, buscamos apoyar y promover la participación activa y el liderazgo de las personas mayores en la sociedad, como motor de cambio, oportunidades y sostenibilidad.

El Barómetro MayoresUDP, cuenta con la financiación procedente de la subvención del 0,7% del IRPF 2019 de Otros Fines de Interés Social, del extinto Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, actual Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Convocatoria posible gracias a la solidaridad de las personas contribuyentes que cada año marcan en su declaración de la renta la casilla de Actividades de Interés General consideradas de Interés Social, la X Solidaria. 

¿Qué motiva a las personas mayores a ser solidarias?

Me sentía bien. […] A partir de ahí me di cuenta que antes de ayudar tienes que saber qué es lo que necesita esa persona; escuchar, ponerte en la posición del otro, empatía, a partir de ahí, hasta en los pequeños detalles, del vecino de al lado, para poder subirle la comida, o ayudarles en algo, te das cuenta en que tienes que saber cómo ayudarlo. Tienes que saber cómo vas a dar y cómo lo van a recibir. Eso me ha hecho crecer bastante a nivel personal e ir aprendiendo más cosas”.

El estudio muestra el sentimiento de autorrealización, como un punto clave y de motivación para las personas mayores solidarias y voluntarias. Vinculado además con aspectos como el crecimiento personal, la búsqueda de una misión en la vida y la ayuda desinteresada hacia las demás personas.

Pero también a la conciencia, y la sensibilidad ante asuntos sociales, altruistas y humanitarios o al sentimiento de legado o trascendencia más allá de su propia persona.

Muchas de las personas participantes en los grupos de discusión manifestaron los efectos positivos del Voluntariado y cómo ayudar a las demás personas beneficia y aporta “sentido” a su vida cotidiana y salud psíquica, física y vital.

“Una manera de agradecer lo que a mí me ha pasado ha sido dedicar cuando he tenido tiempo a un retorno social. Esto me ha llevado un retorno positivo que tenemos la sensación que recibimos más de lo que damos. Te sienta bien cuando una buena persona te hace sentir valorado por ti mismo”.

Para la mayoría de las personas que han participado en el estudio, haber disfrutado de buena calidad de vida les “obliga” a devolver a la sociedad la calidad de vida que disfrutan o han disfrutado.  Son muchas de ellas, las que consideran que el coste que supone realizar voluntariado, es mucho menor que el beneficio que obtienen.

Participación y empoderamiento de las Personas Mayores a través de las organizaciones de la sociedad civil

El nuevo estudio también recoge las principales necesidades o reivindicaciones de las entidades de personas mayores en materia de representación y participación activa en los órganos consultivos y la pérdida de derechos que está suponiendo la brecha digital en el colectivo. Todo ello, enmarcado en  la crisis sanitaria de la covid-19.

“[…] contribuyendo, devolviendo lo que la vida que ha tenido la suerte que te facilite y de dejar un legado, el legado son los descendientes, de alumnado que tienes, que tiene un recorrido de toda la gente que te cruzas y tienen un sentido gratificante. Es importante y además hacen falta muchas manos”

La consciencia colectiva, contar con una identidad propia y diferenciada, son algunos de los mayores logros que ha logrado el colectivo de personas mayores, tal como expresan las personas participantes en el estudio.

Además, son claves para la participación activa de las personas mayores en las organizaciones de la sociedad civil y de empoderamiento, pudiendo observar el efecto del compromiso a la hora de reivindicar los propios derechos de la persona mayor, y al mismo tiempo, del colectivo del que se forma parte.

“[…] los mayores, es un sector social menospreciado. Políticamente, sanitariamente, culturalmente y económicamente. Que se renuevan las pensiones sin hablar con los pensionistas. Están ahí! Y que el concepto de anciano, que te extrae, te saca de la sociedad y te deja en un rincón marginado”.

La falta de reconocimiento social y político del colectivo de las personas mayores, la defensa de sus derechos y necesidades, el hecho de afirmarse como un colectivo lleno de capacidad y de derechos, son otras de las motivaciones sociales que llevan a las personas mayores a la participación activa.

Ante la baja representatividad social y política percibida sobre el colectivo de personas mayores por parte del resto de la sociedad, las personas mayores reclaman espacios para tener voz propia y plantean la defensa del colectivo de personas mayores como un reto colectivo: “que el colectivo de personas mayores sea escuchado”.

Muchas de estas personas forman parte de los Consejos de Mayores, los cuales  consideran claves  para la defensa de sus derechos, atención de sus necesidades y en definitiva, la promoción de su bienestar.

El estudio también refleja cómo la conciencia colectiva de las personas mayores ha sido un motor fundamental para luchar contra lacras socialmente aceptadas como es la discriminación por edad o “edadismo”, y como se refuerzan los rasgos identitarios y el compromiso con la entidad u organización civil y lucha para la mejora de la situación actual.

“Por eso el mayor tiempo mío […] estar siempre en todos los sitios se pueda tratar algo de mayores. […] Algo porque las personas mayores seamos más «importantes», que ya lo somos. Somos el 20%, pero, ¿cuántas personas mayores de 65 años hay en órganos de dirección o de congreso? Prácticamente ninguno, y esa es mi pelea”

El movimiento asociativo de las personas mayores ante la crisis de la Covid-19

“Cada vez más con la evolución tecnológica, te está forzando a la utilización de la tecnología como algo habitual. Cuando resulta que el colectivo de personas mayores […] tiene problemas de accesibilidad, económica, a los recursos que se necesitan. Por ejemplo, pedir cita por internet, se da por hecho que tiene internet, ordenador”

La pandemia de la COVID-19 ha afectado también y de forma significativa a la participación social de las personas mayores. La Brecha Digital entre muchas personas del colectivo, así como las dificultades en el acceso a las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es un factor clave en el grado de implicación y participación  en las organizaciones sin ánimo de lucro y las relaciones con otros colectivos.

Un sentimiento común en todos los grupos de discusión es que las soluciones digitales han sido poco efectivas en las entidades y/o organizaciones de mayores, ya sea por desconocimiento o falta de recursos telemáticos, y ha incrementado, si cabe más, la ya existente brecha digital en gran parte del colectivo de mayores, las situaciones de aislamiento social o de soledad no deseada.

En este sentido, las entidades de mayores consideran positivo y fundamental apostar por intercambios intergeneracionales, crear vínculos de actuación con otros colectivos para nutrirse de sus conocimientos, sobre todo en referencia al uso de las TIC, y reducir los falsos estereotipos y estigmas sobre las entidades de mayores como entes pasivos e inactivos. La interrelación entre colectivos engrandece al propio colectivo, pero también a la sociedad en general.

“Se tienen que generar dinámicas que  incorporen a estos colectivos de gente mayor a la gente joven y aportar elementos y criterios. Se tienen que buscar códigos nuevos que hagan que la gente joven se incorpore en los proyectos con la gente mayor”

 

Tomando como punto de partida el nuevo estudio publicado, desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP reclamamos promover la participación del colectivo de personas mayores con:

  • Un papel activo, real y vinculante de los Consejos de Personas Mayores. Que nuestra voz se tenga en cuenta, que nuestros aportes, correcciones o valoraciones, se incorporen en la dinámica pública.
  • Reimpulsar el Consejo Estatal de las Personas Mayores del Imserso, otorgando a sus decisiones el carácter de vinculantes.
  • Regular la presencia de personas mayores en las cámaras de representación de la ciudadanía.
  • Permitir la presencia de las asociaciones de mayores en el Pacto de Toledo.
  • Abrir en el Congreso de los Diputados un Consejo u Oficina de Mayores, como apoyo y asesoramiento a los parlamentarios.
  • Dotar a las entidades de personas mayores de recursos formativos orientados a disminuir la brecha digital entre nuestro colectivo. De ello depende acabar con muchas de las situaciones de soledad no deseada y de aislamiento social mientras la pandemia de la Covid-19 no permita escenarios de ayuda presenciales.
  • Nuestras reivindicaciones no están aisladas de las del resto de la sociedad, y por tanto, buscamos políticas transversales dirigidas a garantizar los derechos y las necesidades de las Personas Mayores.

Desde 1977, en UDP, siendo una de las organizaciones de personas mayores más veteranas de nuestra democracia, seguimos promocionando el movimiento asociativo entre las personas mayores, desarrollando actuaciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de todas nosotras, defendiendo y reivindicando nuestros derechos, gobierne quien gobierne.