cáncer Cristina Macía burnout

Un 40% de los profesionales sanitarios sufren el síndrome de “burnout”

 

 

Tras dos años de pandemia, la médica internista Cristina Macía, que en 2019 fue una de las autoras de un estudio sobre “burnout” entre los profesionales sanitarios, actualiza sobre la situación tras dos años de pandemia.

¿Qué es el burn out?

“Es una situación de estrés relacionado con el trabajo y se da sobre todo en aquellos trabajos que necesitan un trato continuo con personas (personal sanitario, profesores…)”, comienza la doctora Macía.

El burnout se caracteriza por tres síntomas principales:

  • Alto cansancio emocional: el profesional empieza la jornada laboral agotado.
  • Alto grado de despersonalización: el profesional trata a sus pacientes comoseres inanimados para que así no le afecten los sentimientos de sufrimiento del

    propio paciente.

  • Baja realización: el profesional termina la jornada laboral no estando satisfechocon cómo ha realizado su trabajo.

 

La pandemia ha agudizado la sensación de “burnout”, tal como explica la doctora Macía:

“Un tercio de los profesionales de medicina interna presentaban este síndrome antes de la pandemia. La crisis sanitaria ha empeorado la situación, con tasas de hasta un 40% de los profesionales afectados.

Esto se ha visto relacionado con el miedo al contagio de la enfermedad y a contagiar a nuestros familiares. De hecho, aquellos profesionales que necesitaban acudir al trabajo en trasporte público, que no han podido acceder a EPIs (equipos de protección individuales) cuando lo han necesitado, o que han atendido a los pacientes COVID son aquellos que han presentado más síntomas.

Durante la pandemia prácticamente todos los profesionales sanitarios han realizado horas extras y trabajado festivos y fines de semana, sin una remuneración extra.

Además, han dejado su trabajo habitual para atender pacientes COVID. Hemos visto a ginecólogos, alergólogos y cirujanos que han tenido que dejar su atención habitual para atender patologías que no manejan habitualmente.

Todo este esfuerzo no ha sido agradecido con el paso de los meses. Las horas extras no han sido remuneradas, no se ha cobrado en ningún momento ningún plus de peligrosidad (como sí han recibido en otros países) ni estos profesionales han tenido mayores días libres. En muchos casos los contratos laborales siguen siendo muy precarios (menores a tres meses). Todo esto hace que el colectivo esté cada vez más “quemado””

Calidad asistencial

“Hay estudios que han demostrado que el hecho que los profesionales sanitarios estén quemados influye muy negativamente en la atención sanitaria recibida, con un aumento significativo de los errores médicos”, afirma la doctora Macía.

“El burnout hace que perdamos uno de las cualidades necesarias para ser un buen médico: la empatía”.

Posibles medidas ante el burnout

“Existen medidas que han demostrado reducir los niveles de burnout”, señala la médica internista.

  • Modificación de los servicios para evitar que la gente se queme: reducir las horas extra, las guardias, el trabajo de oficina (“los médicos empleamos gran parte de nuestro tiempo laboral redactando informes”), realizar rotaciones de profesionales entre aquellos puestos “más quemantes”.
  • Aumento del reconocimiento a los profesionales: contratos laborales estables (puestos fijos, indefinidos o por lo menos interinidades), aumento del salario, remuneración de horas extras, mayor reconocimiento por parte de superiores e instituciones.
  • Formar a los profesiones ya desde estudiantes en el manejo de situación estresantes en técnicas específicas, talleres de relajación…
  • Identificar precozmente al profesional quemado para que pueda ser tratado precozmente por profesionales.“El “burnout” es contagioso. Si no se actúa rápidamente es probable que todo el servicio se vea afectado por ello”, concluye la especialista.