Viviendas adaptadas para un entorno que convive con la demencia

Recibir un diagnóstico como el de la enfermedad de Alzheimer o una demencia relacionada con un familiar es un momento extremadamente difícil, pero la adaptación del hogar para atender mejor las necesidades y la seguridad de un adulto mayor representa un reto importante.

La buena noticia es que hay una gran cantidad de información y recursos disponibles y de fácil acceso para ello. Pero la flexibilidad es la clave del éxito. Independientemente de los cálculos y las preparaciones, las necesidades de los pacientes de demencia va a cambiar. Es esencial mirar la casa con una nueva mirada. ¿Qué peligros existen que podrían eliminarse fácilmente? ¿Qué características ambientales deberían introducirse para fomentar la autonomía y mantener la seguridad? Y tal vez la pregunta más difícil: ¿Por dónde empezamos?

Comprender los cambios que pueden afectar a un anciano con demencia es útil para proporcionar una base sólida. Según las asociaciones de Alzheimer, las siguientes son cinco áreas clave:

• Juicio: por ejemplo, olvidar el uso de electrodomésticos;

• Sentido de tiempo y lugar: perderse en su propia calle o ser incapaz de reconocer o encontrar áreas en el hogar;

• Comportamiento: llegar a ser fácilmente confundido o temeroso;

• Capacidad física: experimentar dificultades con el equilibrio o dependiente de un andador o silla de ruedas para moverse; y

• Sentidos: por ejemplo, experimentar cambios en la visión, audición, sensibilidad a la temperatura o percepción de profundidad.

Claramente, estos cambios subrayan la importancia de la flexibilidad. Algunos ancianos con demencia pueden experimentar todos estos cambios a la vez, mientras que otros nunca experimentarán un cambio en el comportamiento, pero pueden experimentar una drástica disminución en la capacidad física. Algunos pueden experimentar sólo cambios moderados en estas áreas, pero estos cambios pueden ocurrir durante un período de tiempo más largo. No hay un calendario para tales transformaciones, lo que dificulta aún más el reto de adaptar el hogar.

Diseño de un plan de acción exitoso

Evalúe el hogar: Observe el hogar con la consideración del paciente con demencia. ¿Qué objetos podrían causar lesiones? Identificar áreas de posible peligro. ¿Es fácil de salir de áreas peligrosas como la cocina, el garaje o el sótano?

Enfóquese en la adaptación en vez de enseñar: En lugar de tratar de volver a enseñar a un anciano sobre la seguridad, identificar los posibles riesgos y tomar precauciones preventivas.

Simplificar las actividades: La mayoría de los accidentes, especialmente en el área de cuidado personal, ocurren cuando un anciano se le acelera en sus ejecuciones. Divida las actividades en tareas simples paso a paso, lo que le permite al individuo disponer de más tiempo para completarlas. Ofrecer ayuda adicional en aquellas tareas que se han vuelto particularmente difíciles.

Apoye las necesidades del individuo: Evite crear una casa en la que se sienta demasiado prohibicionista. El hogar debe fomentar la autonomía, la interacción social y las actividades significativas.

Sea realista respecto a las limitaciones: Es imposible prevenir todos los problemas.