El Síndrome del Ocaso en personas que sufren demencia

Las personas con Alzheimer y demencia pueden tener problemas para dormir o aumentar los problemas de comportamiento al comenzar el atardecer durando hasta el ocaso. Los países anglosajones lo llaman, Sundowning .

Esta inquietud nocturna y algo frecuente no dura para siempre. Por lo general, los picos aparecen en las estadios medios, y luego van disminuyendo a medida que la enfermedad progresa.

Los científicos no entienden completamente por qué los trastornos del sueño ocurren con la enfermedad de Alzheimer y la demencia. Pero lo que si saben es que al igual que con los cambios en la memoria y el comportamiento, los cambios del sueño de alguna manera resultan del impacto del Alzheimer en el cerebro.

Algunos estudios indican que hasta el 20 por ciento de las personas con Alzheimer experimentará una mayor confusión, ansiedad y agitación al anochecer. Otros enfermos pueden experimentar cambios en su horario de sueño e inquietud durante toda la noche. Esta interrupción en el ciclo de sueño-vigilia del cuerpo puede conducir a más problemas de comportamiento.

Los factores que pueden contribuir al ocaso y los trastornos del sueño incluyen:

– El agotamiento al final del día (tanto mental como físico).
– Una alteración en el «reloj interno del cuerpo», causando una confusión biológica entre el día y la noche.
– La reducción de la iluminación y el aumento de las sombras hacen que las personas con Alzheimer malinterpreten lo que ven, y se confundan y les provoque temor e inseguridad.
– Reacciones a señales no verbales de frustración de cuidadores que están agotados de su día.
– Desorientación debido a la incapacidad de separar los sueños de la realidad cuando duermen.
– Menos necesidad de dormir, que es común entre los adultos mayores.

Hable con el médico

Compartir estos trastornos del sueño de su familiar con el médico le ayudará a identificar las causas y posibles soluciones. Las enfermedades físicas, como las infecciones del tracto urinario o los problemas de incontinencia, el síndrome de las piernas inquietas o la apnea del sueño (un patrón respiratorio anormal en el que las personas dejan de respirar brevemente varias veces por noche) pueden causar o empeorar los problemas del sueño. Para los problemas de sueño ocasionados principalmente por el sufrimiento de la enfermedad de Alzheimer, la mayoría de los expertos alientan al uso de medidas no farmacológicas, en lugar de medicamentos. En algunos casos cuando los recursos no farmacológicos fallan, se puede prescribir medicación para la agitación durante la tarde y la noche. 

Estrategias de afrontamiento para los problemas del sueño y el ocaso

Si la persona está despierta y molesta:

– Acérquese a él o ella de una manera tranquila.
– Averigüe si hay algo que él o ella necesita.
– Recuérdele con paciencia la hora.
– Evite discutir.
– Ofrecezca tranquilidad de que todo está bien.
– No use la restricción física.
– Mantenga la casa bien iluminada por la noche. Una iluminación adecuada puede reducir la agitación que ocurre cuando el entorno es oscuro o desconocido.
– Haga de su hogar un ambiente de sueño cómodo y seguro. Su dormitorio debe estar a una temperatura cómoda.

– Mantenenga a la persona a salvo, como cerraduras de puertas y ventanas adecuadas. Sensores de puerta y detectores de movimiento se pueden utilizar para alertar a los miembros de la familia cuando una persona está vagando.
– Establezca horarios fijos. En la medida de lo posible, anime a la persona con demencia a adherirse a una rutina regular de comidas, despertarse y acostarse. Esto permitirá un sueño más reparador por la noche.
– Evite los estimulantes como bebidas azucaradas.
– Reduzca y evite el alcohol, la cafeína y la nicotina, que pueden afectar la capacidad de dormir.

– Desaliente del uso de la televisión durante los períodos de vigilia por la noche, ya que ésto puede ser demasiado agitador u estimulante.
– Planee días más activos.

– Una persona que descansa la mayor parte del día es probable que esté despierto por la noche. Disuada a la tarde de la siesta y planificar actividades más desafiantes como citas médicas, viajes y baños en la mañana o temprano en la tarde. Anime el ejercicio diario, pero no más tarde de cuatro horas antes de acostarse
– Tenga en cuenta su propio agotamiento mental y físico.

Y sobre todo, comparta su experiencia con los demás. Los cuidadores necesitan descansar y espacios para satisfacer sus propias necesidades. ¿No creéis?