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La conexión inesperada entre Covid-19 y la enfermedad de Alzheimer

 

El sistema renina-angiotensina, conocido como RAS, desempeña un papel fundamental en el funcionamiento del cuerpo humano. Sin embargo, cuando el virus SARS-CoV-2 infecta el organismo, se produce una sobreactivación y un mal funcionamiento de este sistema. El RAS tiene la función de regular la inmunidad innata, diversas microbiotas y los procesos autonómicos del riñón, los pulmones y el corazón. Su presencia abarca todas las células y tejidos del cuerpo, lo que lo convierte en algo omnipresente. El exceso de la hormona angiotensina-2, que activa en exceso el receptor nocivo AT1R del RAS, es directamente responsable de las patologías de Covid-19 causadas por este mal funcionamiento.

El receptor AT1R, activado en exceso por la abundante angiotensina-2, produce una variedad de efectos dañinos en el cuerpo humano al inducir cascadas de señalización celular. Este receptor es prohipertensivo, ya que causa la constricción de los vasos sanguíneos, promueve la inflamación al desencadenar una tormenta de citocinas proinflamatorias, aumenta la producción de partículas reactivas de oxígeno que dañan las células, favorece la formación de coágulos que obstruyen los vasos sanguíneos, estimula el crecimiento de vasos sanguíneos y tumores, reduce la carga de oxígeno en los glóbulos rojos y provoca la falta de oxígeno en varias células, tejidos y órganos, y contribuye a la fibrosis de los órganos.

La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia que afecta el comportamiento, la memoria, el pensamiento y las habilidades de razonamiento de los pacientes. Por lo general, los síntomas se desarrollan de forma gradual, pero en el caso de Covid-19 y Covid prolongado, pueden manifestarse de manera inusualmente rápida. Los pacientes suelen experimentar pérdida de memoria, desorientación espacio-temporal, cambios en el estado de ánimo y la personalidad, dificultad para comprender y resolver problemas, deterioro en la expresión verbal o escrita, y dificultades para realizar tareas cotidianas. También pueden presentar apraxia, que es la incapacidad para realizar movimientos a pesar de que las funciones motoras están intactas, y agnosia, que dificulta el reconocimiento de objetos a pesar de que las funciones sensoriales están intactas.

Médicos y patólogos clínicos han observado que la enfermedad de Alzheimer se desarrolla en diversos pacientes, incluso en adultos jóvenes, después de una infección espontánea por el virus SARS-CoV-2 o incluso después de recibir la vacuna contra Covid-19. Tanto la infección viral como la vacunación provocan una disfunción en el RAS debido al exceso de angiotensina-2, que normalmente es degradada por el receptor ECA2. Este receptor se une a la proteína Spike del virus o la vacuna, lo que desencadena una sobreactivación perjudicial del receptor AT1R del RAS, lo cual está en el origen de las enfermedades causadas por Covid-19. La sobreactivación del receptor

AT1R provoca hipertensión arterial, lo que afecta la función cerebral. La hipertensión arterial se ha identificado como un factor de riesgo importante para trastornos neurodegenerativos como la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Además, se ha demostrado que los inhibidores del RAS, como los sartanes y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina-1, mejoran las enfermedades neurodegenerativas y otras disfunciones cognitivas. Por lo tanto, el exceso de angiotensina-2 en Covid-19, debido a la sobreactivación del RAS, promueve la acumulación y el depósito de proteínas beta-amiloideas, que son marcadores de la enfermedad de Alzheimer, afectando así las conexiones sinápticas y las funciones cognitivas de las células cerebrales. Además, el efecto vasoconstrictor de un RAS disfuncional contribuye a la reducción del flujo sanguíneo en el cerebro, lo que provoca un desacoplamiento entre la actividad neuronal y el suministro de oxígeno, un metabolismo cerebral reducido y el desarrollo de daño neurológico.

Referencia:

Fajloun, Z., et al. (2023) Covid-19 And Alzheimer’s Disease: The Link Finally Established. Infectious Disorders – Drug Targetsdoi.org/10.2174/1871526523666230529162633.