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5 Ideas para evitar el aislamiento cuando eres mayor

El aislamiento en la vejez

La soledad y el aislamiento son problemas reales en la población mundial de personas mayores que tienen serias consecuencias sobre su salud física y mental. El aislamiento extremo se refiere a aquellas situaciones en las que las personas mayores casi nunca o muy pocas veces se encuentran con otras personas, familiares, amigos, vecinos, etc. Sin embargo, existen muchas soluciones para permitir que estas personas mayores salgan de su aislamiento. A continuación, puedes encontrar 5 ideas que te ayudarán a evitar el aislamiento.

1 – Sal de tu casa

Sentirse aislado cuando eres una persona mayor puede deberse a varios factores. A la distancia geográfica de los más cercanos primero, pero también a la pérdida de autonomía que les impide hacer lo que uno quiere solos, con total independencia, o a la precariedad que priva de los medios económicos necesarios para realizar actividades de ocio en particular.

Es importante que las personas mayores aisladas, incluso con medios económicos limitados, no se queden solas en casa. Caminatas simples, cuando su nivel de autonomía lo permita, pueden ser suficientes para romper un poco el aislamiento. De hecho, estas salidas pueden ser la oportunidad de encontrarse con vecinos, comerciantes y otros conocidos en la calle.

Para las personas mayores aisladas que no pueden salir por su cuenta por su pérdida de autonomía, hay soluciones para ir acompañadas. En muchos municipios existen efectivamente asociaciones de voluntarios cuya misión es visitar a las personas mayores aisladas y acompañarlas en sus salidas. Una buena manera para que estas personas mayores también puedan tener una persona con quien intercambiar, hablar y cambiar de opinión.

2 – Integrar una familia de acogida o un centro para personas mayores

Las personas mayores que sufren aislamiento y ya no pueden soportar estar la mayor parte de su tiempo solas en casa pueden tomar la decisión de incorporarse a un recurso especializado para el cuidado de personas mayores.

El más conocido es, evidentemente, el entorno residencial dirigido a personas mayores que experimentan una cierta pérdida de autonomía. En estos entornos se organizan actividades comunes para los residentes que les permiten conocer gente y, por tanto, dejar de sentirse completamente aislados.

Otra solución cuando una persona mayor aislada no dependiente ya no desea quedarse en casa para romper con la soledad es integrar una familia de acogida. El mayor se aloja así en la casa de una familia, con la seguridad de estar siempre rodeado. El alojamiento en familia de acogida también es una buena forma de volver a participar en la vida familiar, a veces con otros residentes mayores, una ventaja sobre todo cuando la propia familia está distante o ya no existe.

3 – Optar por una vivienda intergeneracional

En términos de residencia, la vivienda intergeneracional también es una buena solución para permitir que las personas mayores ya no sufran de aislamiento.

Este tipo de residencia designa la posibilidad de mezclar varias generaciones en un mismo edificio. Para las personas mayores, también puede ser una cuestión de acoger en su alojamiento a jóvenes, a menudo estudiantes, que aportan alegría a la casa, pero que también están ahí para prestar pequeños servicios y hacerles compañía.

4 – Usar Internet y las redes sociales

Sin tener que salir de casa, una persona mayor también tiene a su disposición los medios para salir de su aislamiento, por ejemplo, interesándose por las nuevas tecnologías de la comunicación (Internet, redes sociales, etc.).

Como sabemos, y no solo para las personas mayores aisladas, estas redes permiten mantener fuertes vínculos, aunque virtuales, con familiares, amigos o incluso grupos de internautas con los mismos intereses.

Internet es también una puerta abierta al mundo donde es posible divertirse, aprender y descubrir siempre más. Una excelente manera de romper el aislamiento.

5 – Adoptar una mascota

¿Por qué no adoptar una mascota cuando eres una persona mayor que experimenta aislamiento? Para ello, la persona mayor debe ser relativamente autónoma porque cuidar de un perro, un gato, etc., requiere poder realizar ciertas tareas con facilidad (caminar, comer, limpiar, etc.). Pero rodearse de una mascota es siempre sinónimo de intercambios y afecto y ayuda a romper el aislamiento.

Algunas asociaciones incluso permiten a las personas mayores que no tienen todas las capacidades cuidar de una mascota a diario, acoger una parte del día por ejemplo y aprovechar su presencia cálida y reconfortante, sin tener que cuidar de ella todo el tiempo.