¿El amor eterno tiene un final?
En la redacción de Qmayor hemos estado esperando impacientemente la llegada de las nuevas canciones de LA CASA AZUL
Cuando comienzas a sentir mariposas en el estómago nunca te imaginas que un día llegará el desgaste y la rutina. Sin embargo, eso no significa que desaparezca el amor, sino que cambia su forma.
Así es ‘El final del amor eterno’, una canción con la que Milkyway nos ha regalado un videoclip «de cine», donde dos de sus protagonistas nos han robado el corazón. ¿Adivinas quiénes son?
Esta canción es, de manera oficial, el 5º single de ‘La gran esfera’, elevado a esa categoría al ser objeto de un videoclip oficial de gran pantalla, obra de Juanma Carrillo.
En esta ocasión Carrillo nos presenta una pieza llena de simbolismo, con esa querencia hacia el cine de temática sobrenatural frecuente en su obra, si bien esta vez la aplica precisamente a narrar todo lo contrario, los efectos de la rutina y la cotidianidad en distintos tipos de amores que, asume Guille –que aparece en el vídeo, y por partida doble–, no son tan eternos como alguna vez parecieron. Sin embargo, con esa nueva perspectiva que dice haber adquirido, el clip culmina mostrando esos finales como nuevos principios.
‘El final del amor eterno’, alberga uno de los estribillos más hermosos cantados jamás por Guille Milkyway.


Dime cómo conseguir plasticidad
Cómo accedo al equilibrio estructural (de todo)
Dame un poco más de tiempo y yo
Disiparé la oscuridad
Dudas, de si merece el esfuerzo
Dudas, de que podamos hacerlo
Dudas, de retener la emoción
De que después del edén podamos con la normalidad
Y el cemento aterrador
Y la cotidianidad
Del amor eterno
Tú y yo
Recuerdas cómo rodábamos por las laderas
Tú y yo
Cómo volábamos libres por la estratosfera
Tú y yo
Y ni siquiera intuíamos la posibilidad
De que aquella luz, aquella claridad
Fuera efímera y pasajera
Tú y yo
Amanecíamos solos en el universo
Tú y yo
Como esquivas luciérnagas en movimiento
Tú y yo
Nunca pensamos que el tiempo nos pudiera arrebatar
Aquella plenitud, aquella intensidad
El devenir del amor eterno
Somos piezas de un sistema secuencial
Vulnerables al desgaste natural (de todo)
Dame un poco más de tiempo y yo
Retomaré la vitalidad
Dudas, de si merece el esfuerzo
Dudas, de que podamos hacerlo
Dudas, de retomar la emoción
De que después del edén podamos con la comodidad
Del día a día cosmocócico
Y la rutina habitual
Del amor eterno
Tú y yo
Recuerdas cómo rodábamos por las laderas
Tú y yo
Cómo volábamos libres por la estratosfera
Tú y yo
Y ni siquiera intuíamos la posibilidad
De que aquella luz, aquella claridad
Fuera efímera y pasajera
Tú y yo
Amanecíamos solos en el universo
Tú y yo
Como esquivas luciérnagas en movimiento
Tú y yo
Nunca pensamos que el tiempo nos pudiera arrebatar
Aquella plenitud, aquella intensidad
El devenir del amor eterno
Y si merece el esfuerzo
Y si podemos hacerlo
Y si aún estamos a tiempo
Si después del edén podemos con la normalidad
Y el cemento aterrador
Y la cotidianidad
Del amor eterno
Tú y yo
Cómo flotábamos libres por el universo
Como esquivas luciérnagas en movimiento
Y ni siquiera intuíamos la posibilidad
Nunca pensamos que el tiempo nos pudiera arrebatar
Toda aquella luz, aquella claridad
Se durmió en un invernadero
Aquella plenitud, aquella intensidad
Pereció por agotamiento
Aquél océano, aquella inmensidad
El final del amor eterno