Chino frotándose las manos Juan Muñoz 1(C)ColeccionTelefonica

Exposición ‘Conexiones en la Colección Telefónica’

 

Colección Telefónica

Fundación Telefónica custodia, investiga y difunde una colección de más de 70.000 piezas integrada por fondos de diferentes procedencias que, desde sus inicios, ha venido agrupándose en tres grandes bloques: la Colección de Arte, que conserva obras maestras de la pintura cubista, la fotografía contemporánea y de algunos de los artistas españoles más reconocidos internacionalmente en la segunda mitad del siglo XX; el Patrimonio Tecnológico, que atesora un legado de casi cien años de la historia de las telecomunicaciones; y el Archivo Histórico, que reúne fotografías, documentos y películas que atestiguan la implementación de la telefonía en España y la profunda transformación que esta supuso. Esta es una de las colecciones corporativas más importantes de España con obras de primerísimo nivel en sus fondos artísticos y única en patrimonio tecnológico.  

La exposición ‘Conexiones en la Colección Telefónica’, que podrá verse en la planta tercera del Espacio Fundación Telefónica, presenta por primera vez estos tres ámbitos de manera conjunta, estableciendo diálogos y conectando ideas que permiten contemplar esta inmensa riqueza patrimonial desde una nueva perspectiva.  

¿Qué tiene que ver un cuadro cubista de Juan Gris con un receptor de telegrafía de principios de siglo XX? ¿Y una obra de la artista iraní Shirin Neshat con una centralita de 1928? La relación de la modernidad con la explosión de las telecomunicaciones en el primer caso, o la importancia de la voz en la expresión humana en el segundo, ejemplifican dos de las muchas conexiones que permiten establecer un diálogo entre piezas de arte, objetos tecnológicos y documentos históricos. A través de casi 200 piezas la exposición sumerge al espectador en una red de relaciones que recorren los vastos y relevantes fondos artísticos, tecnológicos e históricos de la compañía.    

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La muestra reúne 90 piezas de la colección de arte, 36 piezas del patrimonio tecnológico y 50 piezas del archivo. Presenta obras de artistas de reconocimiento internacional como Juan Gris, Antoni Tàpies o Eduardo Chillida, que dialogan y conviven con piezas únicas del patrimonio tecnológico de Telefónica como un transmisor de onda corta de radio de 1926, una bobina de Marconi o un teléfono mural L. M. Ericsson de 1913. La selección también incluyefotografías de Alfonso que documentan la construcción en 1929 del edificio Telefónica en Gran Vía, películas de la instalación de la red de líneas telefónicas por el territorio español o las instrucciones de marcación, entre otros.  

A lo largo de seis ámbitos, ‘Conexiones en la Colección Telefónica’ establece relaciones temáticas que van más allá de lo cronológico, con el objetivo de releer los fondos bajo nuevas perspectivas que entrelacen la evolución de la tecnología con la creación artística. La ciudad moderna, Comunicar con lo invisible, Conectar continentes, Códigos y signos, Incomunicación y averías y Comunicar con la voz y el gesto conforman las seis secciones de la muestra tejiendo una red de relaciones con objetos de naturaleza muy diversa y heterogénea que buscan, sin embargo, generar significados e historias compartidos.  

Una selección de fragmentos de artículos publicados en la revista TELOS, editada por Fundación Telefónica desde 1985 para generar conocimiento en el ámbito de las Ciencias Sociales, la Comunicación y la Cultura en la Sociedad Digital, complementan el discurso de la propuesta expositiva a través de las reflexiones de varios autores.  

 

La Ciudad Moderna en la Colección Telefónica

Los últimos años del siglo XIX y los inicios del XX fueron años de profundas y aceleradas transformaciones, de constantes avances científicos y tecnológicos que generaron en la sociedad la sensación de un extraordinario salto hacia la modernidad. Una nueva intensidad que iba en paralelo con el desarrollo de las ciudades y las máquinas, de manera muy especial, con las tecnologías de la comunicación. Fascinados con esta vorágine de cambios, los artistas integraron la ciudad en sus obras. Este fenómeno se dio en todas las esferas artísticas, pero es en la fotografía, una disciplina ligada a las nuevas tecnologías, donde se hace más patente. Los fotógrafos reflejan ese espacio privilegiado para las relaciones humanas que es la ciudad, así como los cambios que dichas conexiones producen en el entorno físico.  

Esteámbitoreúnepelículas y fotografías de los reportajesencargados por Telefónicaenlos años veinteparacaptaresa modernización de las ciudadesque discurrió de manera paralelaa la expansión de la redde telefonía.  Como ejemplo, se encuentra Verres, journal et bouteille de vin de Juan Gris, obra que introduce referencias literales a dos avances que habían transformado la vida de las urbes modernas: la prensa y las telecomunicaciones. También en la escultura Downtown (1986) Eduardo Chillida imita la morfología de los rascacielos e insinúa en su interior espacios a modo de calles. Al mismo tiempo, la fascinación porel dinamismo de laurbe quedaplasmada en muchas otras obras de la Colección Telefónica; desde las fotografías de los años treinta de Horacio Coppola, mostrando Buenos Aires como una metrópoli vibrante y avanzada, hasta las de artistas contemporáneos como Jeff Wall olos paisajes urbanos de Hong Kong de AndreasGurskyo Thomas Struth o las imágenes de Alfonso de la sede de la Compañía Telefónica Nacional de España, ubicada en la Gran Vía madrileña, que supuso una revolución urbanística para la ciudad y se erigió durante un tiempo como el rascacielos más alto de Europa.    

 

Comunicar con lo invisible 

Esta sección conecta las distintas partes de la Colección a partir de la idea de lo invisible en el arte y en la tecnología. Tomando como concepto paraguas la inquietud cubista por comunicar a través de la pintura la realidad oculta de los objetos físicos, ‘Comunicar con lo Invisible’ interrelaciona obras de artistas cubistas como Juan Gris, Albert Gleizes o María Blanchard, entre otros, con piezas tecnológicas que funcionan gracias a fenómenos físicos que no podemos apreciar con la vista, como es el caso de, la bobina de onda corta de Marconi o la válvula electrónica. Otro ejemplo en el terreno de lo artístico son las fotografías de Bleda y Rosa Campos de Batalla, donde los autores registran aquellos lugares en los que acontecieron sucesos bélicos, que ahora representan espacios vacíos y desolados, silenciosos, que invitan a reflexionar sobre el tiempo, la memoria y la ausencia.  

 

Conectar continentes 

El 13 de octubre de 1928, el rey Alfonso XIII realizó la primera llamada transatlántica de Telefónica, desde su sede en la Gran Vía de Madrid. Para cuando, gracias al tendido del cable submarino, el monarca español conversó con el presidente de EE.UU., Calvin Coolidge, un buen número de artistas latinoamericanos ya había iniciado un extraordinario diálogo que se prolongaría a ambos lados del Atlántico durante décadas. 

Esta sección pone de relieve la importancia de la fluida comunicación y retroalimentación que existió entre Europa y Latinoamérica, un trasvase de influencias en ambos sentidos que aportó matices y enriqueció a las vanguardias artísticas de ambos lados. Los uruguayos Rafael Barradas y Joaquín Torres García, el brasileño Vicente Do Rego Monteiro o el argentino Xul Solar, entre otros, lejos de seguir a rajatabla los dictados del cubismo, lo tomaron como base de partida para hacerlo evolucionar hacia algo nuevo y genuino. Ni el movimiento del trazo que vemos en Barradas, ni la abstracción de Torres García, por poner sólo dos ejemplos, habrían sido posibles sin la existencia previa del cubismo.  

Esta comunicación intercontinental abrió un gigantesco mar de conexiones culturales y tecnológicas, que en la muestra se refleja también a través de diferentes audiovisuales, fotografías de la instalación de cables submarinos entre ellas de Alfonso, y piezas del cable coaxial y de los transistores, que en 1956 permitieron que la telefonía comenzara a usar el cable submarino para conectar ambos continentes. Actualmente, los cables submarinos de fibra óptica, que superaron las prestaciones del cable coaxial, son la base de la red mundial de telecomunicaciones.  

Además, se expone un teléfono de disco de la Western Electric Company de 1925, idéntico al que usó el 13 de noviembre de 1928 en la inauguración del servicio telefónico entre España y Latinoamérica, en una conversación entre el rey Alfonso XIII, desde el edificio de Telefónica, con el presidente cubano Gerardo Machado, en la Habana. Para la realización de esta comunicación que recorría una distancia de más de 8.000 kilómetros, se utilizaron líneas terrestres que conectaban Madrid con Francia e Inglaterra, y Cuba con EE. UU., además de una infraestructura radiotelefónica que recibía y transmitía por ondas de radio a través del océano Atlántico. 

 

Códigos y signos 

Todo acto de comunicación implica la existencia de un código compartido, un conjunto de signos y un modo de combinarlos, que permitan que el receptor interprete y comprenda el mensaje emitido por el emisor. El lenguaje natural es el código por excelencia, pero los humanos han ido creando infinidad de códigos para distintos tipos de comunicaciones: unos universales, como el morse, otros en clave y para uso exclusivo de unos pocos. 

Desde sus orígenes, los artistas han trabajado entre estos dos extremos. Una misma obra puede apelar a un código entendible por todos, y, al tiempo, esconder mensajes claros o herméticos. Esta sección reúne piezas de muy diversa índole que interpelan al visitante con una suerte de mensaje cifrado. La estrella de cinco puntas que Marina Abramović dibuja con una cuchilla en su propio cuerpo, las cruces que aparecen con frecuencia en la obra de Tàpies, la composición de píxeles anaranjados de Vik Muniz o los signos que reúne Torres García son fácilmente reconocibles, aunque su interpretación no es en absoluto evidente. Otros creadores, como Elena Asins o Gustavo Torner, crean su propio lenguaje. 

La visión de estos artistas dialoga en esta sección con la invención de máquinas capaces de efectuar acciones complejas con un lenguaje especial que permitió a las personas comunicarse con ellas. Aparatos como el teleimpresor de telegrafía perforador Creed de 1930 o un plano del circuito de comunicación completa entre dos dispositivos telefónicos son un ejemplo de cómo, a través de la parte intangible de las comunicaciones y de un lenguaje específico, se establece la comunicación entre dos abonados. 

 

Incomunicación y averías 

Conexión significa entendimiento en la comunicación, buen funcionamiento, logro, enlace fluido. En la conexión, el emisor y el receptor se entienden. La soledad, la indiferencia, el enredo o el silencio son las averías de la comunicación humana. Esta sección propone conectar, a través de un símil, la incomunicación humana y la avería técnica. El trabajo del escultor Juan Muñoz, uno de los artistas españoles más aclamados internacionalmente en las últimas décadas del siglo XX, con frecuencia alude a esa incapacidad para establecer relaciones. Sus figuras, de un color neutro y uniforme que subrayan el anonimato, pueden tener una actitud tranquila o cargada de expresividad, pero siempre resultan distantes, pertenecen a un mundo con el que no es posible comunicarse.

Otro ejemplo de este apartado nos remite a la manipulación en los mensajes. La serie Sputnik de Joan Fontcuberta narra la historia de Ivan Istochnikov, un astronauta ruso desaparecido en 1968, cuya muerte había ocultado la Unión Soviética en plena carrera espacial contra Estados Unidos. En esta obra, Fontcuberta inventa una historia y se retrata a sí mismo como un ficticio astronauta soviético, cuestionando así la veracidad que se presupone en una fotografía. Un ejemplo de cómo tanto las imágenes como las redes y canales que las difunden pueden ser usadas para comunicar noticias falsas y generar desinformación e incomunicación. Esta sección presenta, además, diferentes aparatos destinados a encontrar el lugar exacto de las averías y a acometer su posterior reparación, asegurando la continua disponibilidad técnica para estar conectados.  

 

Comunicar con la voz y el gesto 

Esta última sección adentra al espectador en el mundo de la comunicación a través de la voz y el gesto y el avance que supuso la llegada del teléfono que trajo consigo el desarrollo de nuevas habilidades. Desde la operación de marcar la secuencia de números o letras que iniciaban la llamada o el uso exclusivo de la palabra como vehículo de comunicación. Un avance nada obvio a mediados del siglo XX, que en la muestra se refleja en los consejos del Manual de la telefonista o la didáctica publicidad de Telefónica, de la que forman parte las fotografías que la compañía encargó a Alfonso. El papel de las telefonistas, uno de los pocos trabajos a los que las mujeres podían dedicarse a principios del siglo XX, fue clave para reforzar a través de las palabras la empatía, el sentimiento y las emociones. Carteles publicitarios y un audiovisual sobre las instrucciones de uso del teléfono, imágenes de las de las operadoras realizando su trabajo y una centralita de 1928 conviven con obras contemporáneas como Condição humana de Jorge Molder, Whispers de Shirin Neshat o O Abraço de Helena Almeida que reflejan la importancia de transmitir emociones y sensaciones a través de la gestualidad. 

 

Programa educativo y el Espacio de Mediación  

La exposición ‘Conexiones en la Colección Telefónica’ cuenta con un espacio abierto a la conexión con los visitantes: el Espacio de Mediación, un lugar donde descubrir, crear, reflexionar y redescubrir la exposición desde otras perspectivas. Un espacio con recursos educativos para interactuar y ser partícipe de la exposición, donde crear un cronograma participativo, una instalación colectiva en la que se relacionen las experiencias personales con los contextos sociales, obras y temas expuestos en la exposición; la Conexión del Mes, una visita especial de la mando de un educador/a donde conocer a fondo unos de los seis ámbitos expositivos y un Laboratorio Intergeneracional: Conexión(es) desde el presente, una actividad en la que a través de varios debates se profundizará en nuevas lecturas sobre los contenidos de la exposición y su relevancia e impacto en el mundo actual. 

Además, para el público familiar todos los sábados a partir de mayo hay prevista una actividad en el mismo Espacio de Mediación para descubrir las obras más importantes de la Colección Telefónica, su significado y su uso.  Y también hay programadas visitas para el público escolar, donde a través de varios materiales y dinámicas estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato descubrirán las claves de la exposición de una manera amena y didáctica. 

Todas las actividades son gratuitas bajo reserva previa. Para más información sobre horarios y reservas: actividades.espacio@fundaciontelefonica.com