La tranquilidad: clave para el rendimiento mental óptimo

Investigadores de la Universidad de Yale han estudiado el estado cerebral que da lugar a un rendimiento mental óptimo – el punto agradable neurológico entre el sueño y la contraproducente hiper-activación. Aunque se sabe mucho sobre la actividad cerebral durante el sueño, la vigilia está marcada por distintos, pero próximos, estados cerebrales.

El trabajo de laboratorio de los neurobiólogos Jessica Cardin y David McCormick sugiere que el aumento de la liberación de neurotransmisores clave como la acetilcolina y norepinefrina, tanto en el sistema nervioso central como el periférico, trabajan para crear el estado óptimo del rendimiento físico y mental. Martin Vinck en el laboratorio Cardin, ha mostrado, por ejemplo, que un golpe rápido en las costillas de un sujeto somnoliente puede llevar al cerebro y al cuerpo de forma simultánea a una fase de alerta. Mateo McGinley en el laboratorio McCormick ha demostrado que los ratones que corren enérgicamente obtienen peores resultados en tareas que los ratones que están descansados y relajados. «Para algunos objetivos, el Tai Chi puede funcionar mejor que correr».

«La búsqueda del rendimiento mental óptimo puede encontrarse en un lugar tranquilo».

Un breve recorrido por el cerebro durante una transición de tranquilidad a los estados activos nos sirve para comprender cómo la actividad cerebral cambia con el comportamiento y lo que eso significa para el cerebro cuando procesa la información del medio ambiente.

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«Variaciones rápidas en el estado de vigilia modulan respuestas neurales y de comportamiento».

Los cambios de estado rápidos en la vigilia, han proporcionado información sobre los mecanismos por los cuales se logran la codificación sensorial y el rendimiento óptimo del comportamiento. Las fluctuaciones en el estado se han registrado mediante la pupilometría, el impacto de la «señal» (respuesta evocada sensorial) y el «ruido» (actividad espontánea) de las respuestas corticales. Al tener estas fluctuaciones en cuenta, la (co) variabilidad de la respuesta neural se reduce significativamente, revelando  que el cerebro puede ser más fiable y predecible de lo que se pensaba.