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10 claves para mejorar y humanizar el proceso final de vida

 

  • Entre las prácticas destacadas para mejorar el final de vida: atender a las heridas emocionales de la persona para llegar a sus últimos momentos en plenitud o dar la oportunidad de dejar por escrito su legado material e inmaterial para prevenir conflictos tras su ausencia.

Fundación Mémora celebró el pasado jueves la conferencia “Pacificar el proceso final de vida. Humanismo y tecnología”, impartida por el Dr. Francesc Torralba Rosselló, doctor en Filosofía, Teología y Pedagogía y catedrático de la Universitat Ramon Llull (Barcelona).

La sesión, organizada por el Consejo Asesor de la Fundación, tuvo lugar en el Museo Patio Herreriano de Valladolid y reunió a 70 asistentes en torno a la mejora de la experiencia de las personas en su final de vida. En las palabras de introducción a la conferencia, Josep París, secretario del consejo asesor de la Fundación Mémora compartió la voluntad de la Fundación de trabajar para mejorar el final de vida desde la acción social, la formación, la investigación y la sensibilización.

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En su conferencia, el Dr. Torralba expuso las diez claves para humanizar los momentos previos al fallecimiento, entre las cuales se encuentra la atención a las cuatro dimensiones de la persona: paliar el dolor corporal, liberar las emociones tóxicas, cultivar vínculos de calidad y ofrecer la oportunidad de que la persona exprese sus creencias y valores antes de la muerte. Para ello, la conferencia destacó la necesidad de ayudar a las personas a resolver asuntos pendientes y así sanar heridas emocionales, algo que a su vez contribuye a la creación de un entorno cálido y humano que preserve la intimidad de la persona.

Por otro lado, se hizo especial hincapié en la importancia de la capacidad de decisión de la persona sobre los procesos vinculados con su muerte: desde la programación de su ritual funerario para adecuarlo a sus creencias y valores, hasta la definición de su legado material e inmaterial para evitar confusiones y conflictos tras su ausencia.

A lo largo de la ponencia, el catedrático y miembro del Consejo Asesor de la Fundación recalcó el papel fundamental de la humanización del proceso final de vida para que la persona alcance plenitud emocional y calma en sus últimos momentos. “Dar la oportunidad de que exprese su gratitud a quienes le importan, sea mediante mensajes escritos u orales, y fomentar la sensación de que la vida ha sido plena y no se ha malgastado el tiempo son prácticas que mejoran significativamente el final de vida de una persona”, expresó el Dr. Torralba.