Daniel Emeric – Pdte. de APTOCAM «Mantener a las personas mayores ‘entretenidas‘, no es terapia ocupacional»

Terapia Ocupacional, una disciplina centenaria pero ¿por qué tan desconocida e infravalorada entre los propios profesionales del colectivo sociosanitario?

Ese desconocimiento tiene que ver, en gran medida, con nuestra propia historia como profesión. Hay que tener en cuenta que la Terapia Ocupacional llega a España con 50 años de retraso con respecto a su fundación en Estados Unidos, y hay variables muy marcadas que, sin duda, han condicionado su desarrollo en nuestro contexto. El hecho de ser una profesión que se ocupa de algo tan cotidiano como las actividades de la vida diaria (muchas veces infravaloradas por quienes no tenemos dificultades para su desempeño o por los propios profesionales de la salud, que no las consideran un campo que exija una excesiva especialización), que mayoritariamente fue y es una disciplina ejercida por mujeres en un contexto, el sanitario, altamente jerarquizado y dominado esencialmente por hombres, y el hecho de disponer de una única escuela de formación durante los primeros 30 años de su historia, limitando en exceso el número de profesionales que salían al mercado laboral, sin duda ha influido en el crecimiento de la terapia ocupacional española y en las oportunidades de acercar este servicio a la sociedad.

Hoy, los Colegios Profesionales y la Asociaciones que promueven la terapia ocupacional tienen que asumir el reto de la divulgación entre la sociedad, las instituciones y otros agentes sociales, como prioritario, para tratar de paliar esa desigualdad histórica en el acceso de la ciudadanía a nuestra profesión.

Se habla mucho de intrusismo profesional pero creemos que hay mucho “confusionismo” y quizá los terapeutas ocupacionales hayáis sido en buena medica, cómplices de esta situación. Vamos a aclararlo de una vez por todas (aunque insistiremos cuantas veces sea necesario) y por qué no hacer autocrítica, ¿cuáles son las tareas específicas de un TO? y ¿cuáles no lo son?

Lo primero que cabe aclarar, y que nos ofrece un marco legal para entender la cuestión del intrusismo, es que la terapia ocupacional es una profesión sanitaria regulada por Ley (LOPS Ley 44/2003) y que, por tanto, sólo pueden ejercerla aquellas personas que estén en posesión del título universitario de terapeuta ocupacional.

El aspecto clave que distingue a la terapia ocupacional de cualquier otra profesión que pueda utilizar eventualmente actividades entre sus métodos, es que las terapeutas ocupacionales evalúan, seleccionan y prescriben estas ocupaciones en función de las necesidades de las personas, y con el objetivo último de promocionar su autonomía, su salud y su calidad de vida. En este sentido, un tratamiento de terapia ocupacional partirá siempre de una valoración pormenorizada de las capacidades y limitaciones de las personas y su entorno, se orientará a la recuperación de la funcionalidad y la salud así como a la adaptación y adecuación de los contextos, y su impacto tendrá un carácter evaluable.

Una confusión recurrente es pensar que las terapeutas ocupacionales entrenemos, sin embargo, hay que aclarar que cualquier actividad que se proponga en un centro o en un programa simplemente para “llenar el tiempo”, o mantener a las personas mayores «entretenidas», no es terapia ocupacional. El mero paso del tiempo, no constituye un tratamiento, ni tiene por qué contribuir favorablemente al bienestar y la salud de las personas.

Por el contrario, cuando sí hablamos de terapia ocupacional para el ocio y el tiempo libre de los mayores, nos referimos a intervenciones especializadas que se orientarán a un envejecimiento activo, al mantenimiento de las capacidades y a la promoción de la autonomía y la participación social; donde, evidentemente, la terapia ocupacional, trabaja también en cooperación con otras disciplinas.

Para concluir, hay tres llamamientos claros que enviar a este respecto. Por un lado, a las personas beneficiarias de los servicios y sus familiares, que deben exigir siempre la atención de profesionales titulados y cualificados. A las terapeutas ocupacionales, que deben consolidar sus competencias y defender, desde la evidencia clínica y la innovación, la validez de sus tratamientos, y a los/as gerentes y directores/as de centros, que deben valorar si sus servicios de terapia ocupacional están desarrollan todo su posible potencial, para lo cual es imprescindible la promoción de unas condiciones de trabajo que favorezcan la investigación, la formación continuada y la implementación de nuevas propuestas de intervención a cargo de sus terapeutas.

¿Tú también llegaste a la edad de optar por carrera universitaria, sin conocer de la existencia de la Terapia Ocupacional? ¿La conocías previamente o un hecho fortuito te encaminó hacia tu actual profesión?

Muchas compañeras de profesión se han aproximado a la terapia ocupacional de manera completamente casual, y al conocerla se han enamorado profundamente de ella. Digamos que mi aproximación no fue tan casual, aunque tuvo también su componente de azar.

Yo inicié otros estudios universitarios, pero terapia ocupacional era mi segunda opción. Al abandonar los primeros, tomé un año «sabático» para decidir adecuadamente a qué quería dedicarme y prevenir futuras frustraciones y fracasos. Mi hermana, que es psicóloga y por aquel entonces trabajaba en una comunidad terapéutica de rehabilitación de jóvenes con problemas de adicciones, me comentó que tenía un compañero (terapeuta ocupacional) cuya manera de trabajar era muy creativa, y pensó que sería una profesión que podría encajar con mi forma de ser.

Asistí a algunas clases como oyente, y las materias, la visión de la profesión, su concepto y su filosofía me gustaron tanto que me quedé el año entero, hasta que pude matricularme ya oficialmente al año siguiente, de una manera completamente informada. El tiempo ha demostrado que mi hermana tiene muy buen ojo clínico.

Estoy convencido que si más gente conociera la terapia ocupacional o tuviese acceso a ella, sería una carrera altamente demandada entre los/as estudiantes con vocación de ayuda a las personas.

Si alguien nos está leyendo y está en la encrucijada que antes comentábamos qué debería saber antes de matricularse y por qué le recomendarías tu profesión. 

A nivel general lo primero que les diría es que no tengan miedo a equivocarse. Desafortunadamente nuestro sistema educativo nos hace escoger muy jóvenes y no siempre con la mejor información, pero de mi propia experiencia extraigo que de los fracasos pueden nacer también oportunidades maravillosas.

Más específicamente en relación a la terapia ocupacional, creo que es importante que el futuro estudiante la entienda como una profesión “total”. Me explico: todas las personas desempeñamos ocupaciones diariamente, que contribuyen al desarrollo de nuestras capacidades y al sostenimiento de nuestra calidad de vida y salud. Por lo tanto, todos nosotros estamos expuestos a sufrir limitaciones en la vida diaria, ya sea por enfermedades o discapacidades (físicas, psíquicas o sensoriales) o por las propias características del entorno en el que nos pueda haber tocado vivir: desempleo, pobreza, desigualdad, catástrofes naturales, guerras, etc. Todas estas variables, personales y del ambiente, afectan al desempeño de nuestras ocupaciones, y por ello exigen del terapeuta ocupacional una visión analítica muy amplia y compleja sobre los problemas que enfrenta y, en consecuencia, una formación muy plural, que incluya materias que van desde la salud pública o la epidemiología, hasta la psiquiatría y las neurociencias, pasando por amplios conocimientos de anatomía, fisiología, sociología y antropología de la salud, métodos de intervención específicos (psicomotricidad, técnicas de neurorehabilitación, integración sensorial, etc.) además de las materias propias que tienen que ver con el estudio y el análisis de las actividades de la vida diaria y las teorías y fundamentos específicos de la Terapia Ocupacional como ciencia.

La formación tiene, además, un componente práctico importante, que complementa los estudios teóricos que el/la alumno/a recibe, y que implica el contacto directo con personas en diferentes recursos asistenciales de muy distintas áreas donde el terapeuta ocupacional actualmente trabaja (residencia y centros de día para personas mayores, centros de atención temprana, centros de salud mental, servicios de rehabilitación de hospitales generales, colegios de educación especial, centros de rehabilitación de adicciones, etc.)

No se puede negar que los/as terapeutas ocupacionales, como el resto de profesionales sociosanitarios, enfrentamos en nuestro día a día problemas muy complejos, al lado de personas que están sufriendo y que se encuentran, en ocasiones, en graves situaciones de indefensión o vulnerabilidad, y esto es algo sobre lo que cualquier persona que se esté planteando estudiar terapia ocupacional debe tomar conciencia y reflexionar. Sin embargo, estoy convencido que una terapeuta ocupacional, al final de su trayectoria profesional, acaba recibiendo de sus usuarios/as más de lo que ofreció. Es difícil de describir si no se ha vivido, porque nuestro día a día en el trato con las personas está plagado de intangibles que llenan de valor y significado la labor que hacemos, y que revierten en el/la profesional transformando todo ese esfuerzo en satisfacción y felicidad, contribuyendo a nuestra propia calidad de vida. ¿Qué sentirías si una persona con enfermedad mental con la que llevas trabajando dos años consigue finalizar sus estudios?, ¿si alguien que tuvo un grave accidente de moto puede volver a vestirse solo? ¿si quien se cortó los tendones de una mano puede volver a usar sus herramientas de trabajo? ¿si un adolescente con discapacidad intelectual avanza en su autonomía diariamente y es capaz de hacer cada vez más cosas por sí mismo? ¿si conseguimos que una persona mayor vuelva a salir a pasear tras una fractura de cadera? ¿si un niño con diversidad funcional participa al ritmo que sus compañeros/as gracias a las adaptaciones que hemos diseñado en su pupitre y material escolar? ¿si una persona recién jubilada encuentra, gracias a nuestro apoyo, ocupaciones que le ayuden a resignificar el nuevo tiempo libre? … si sois capaces de poneros en nuestra piel en cualquiera de esos momentos, entenderéis lo que es la terapia ocupacional y lo que nos llena nuestra profesión, más allá de todos los esfuerzos.

¿En qué aspectos mejora la calidad de vida la Terapia Ocupacional?

Los beneficios de la terapia ocupacional son múltiples y vienen abalados por la evidencia científica. Su impacto depende de las necesidades de los/as usuarios, y del enfoque del tratamiento planteado, pero podríamos resumirlo esencialmente en que a través de la terapia ocupacional la persona recupera y mantiene su autonomía en las actividades de la vida cotidiana, ya sea por la recuperación de las funciones perdidas a consecuencia de la patología, o por la adaptación de las propias actividades y el entorno. Este hechor revierte necesariamente en numerosos aspectos:

– Incrementa las capacidades personales.
– Rehabilita funciones afectadas y mantiene las residuales.
– Mejora el autoconcepto y la autopercepción.
– Motiva a las personas a involucrarse en su propio proceso.
– Incrementa las oportunidades de empleabilidad.
– Mejora los procesos de emancipación.
– Facilita la participación social.
– Promueve un ejercicio pleno de la ciudadanía de las personas con diversidad funcional.
Incorpora mejoras en los entornos que ayudan a la accesibilidad de todos los ciudadanos/as con o sin discapacidad.
– Reduce la carga de las personas cuidadoras y las ayuda también a mantener un equilibrio en sus actividades de la vida diaria.
– Reduce los tiempos de hospitalización tras determinadas intervenciones y hace que las personas retornen a sus domicilios en mejores condiciones.
– Previene de accidentes, de riesgos de contraer enfermedades, de recaídas y/o recidivas.
– Reduce los costes de nuestro sistema social y sanitario contribuyendo a su sostenibilidad.
– Contribuye a la promoción de instituciones y sociedades más inclusivas.

Después de conseguir el reconocimiento institucional del nuevo Colegio de Terapeutas Ocupacionales de la CAM, ¿qué retos a corto, medio y largo plazo tenéis en la agenda? 

Estamos muy felices de la consecución del Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Madrid, es un hecho histórico de un calado trascendental para nuestra profesión y creemos que tendrá un impacto muy favorable en su desarrollo. Los retos a corto plazo, son muy evidentes y vienen delimitados por el propio proceso de constitución del Colegio, que implica la necesidad de censar a los profesionales, elaborar estatutos y código deontológico, convocar elecciones y asamblea constituyente para comenzar a andar ya como Colegio Profesional. La junta gestora del Colegio Profesional, que nace de APTOCAM, se encargará de guiar este proceso con los mismos criterios de transparencia que hemos mantenido a lo largo de nuestros 16 años de historia. Paralelamente, a través de los canales de la Asociación nos encargaremos de informar puntualmente de cada paso conseguido, y de tratar de resolver cualquier tipo de duda y confusión que pueda surgir entre los profesionales al respecto de la constitución y funcionamiento del Colegio. La Junta Directiva de APTOCAM, hará, además, un esfuerzo adicional para mantener, al menos a lo largo de este año 2017, los servicios y acciones que, hasta la fecha, hemos diseñado para las/os terapeutas ocupacionales de la Comunidad de Madrid y que evaluamos y planificamos anualmente en consenso y comunicación directa con las/os socias/nos.

Más adelante, una vez constituido el Colegio y elegida su Junta de Gobierno, convendría diseñar un plan estratégico que defina las principales líneas de actuación para esa primera legislatura, entre las cuales, al menos desde mi punto de vista, consideraría prioritarias cinco: definir y ejecutar los procedimientos internos del Colegio para garantizar una gestión eficiente y transparente, articular toda una línea de servicios que responda a las necesidades de las/os terapeutas ocupacionales de la CAM, incorporar al Colegio Profesional de terapeutas ocupacionales a los espacios interprofesionales de negociación, establecer una colaboración directa con las administraciones públicas y abrir la institución a la ciudadanía para contribuir al conocimiento social de la terapia ocupacional.

Daniel Emeric Méaulle (Terapeuta Ocupacional y Presidente de la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales de la Comunidad de Madrid, APTOCAM)

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