Anna Freixas da voz a 729 mujeres mayores españolas

Como bien conocéis tenemos buen criterio, no sólo para seleccionar los temas que tanto os interesan sino e igual de importante, para aglutinar a todo el saber posible en nuestro Consejo Editorial (abierto a nuevas incorporaciones). Así, Anna Freixas (n. 1946) no dudo un minuto a nuestra propuesta de colaborar para hacer de QMAYOR MAGAZINE el medio que os merecéis. Un fichaje estelar del que presumimos -como no podía ser de otra manera- con toda el orgullo del mundo. Sin reglas ni indicaciones previas, así surgió la conversación que tuvimos la semana pasada en Madrid, la que ahora vamos a transcribir. La voz silenciada de 729 mujeres españolas.

Buenas tardes Anna, ¿Cómo estás? ¿En qué momento te encuentras?

Muy bien, contenta. Estoy en un momento sorprendente. Escribí el libro de las frescas ( Se refiere a Tan Frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI), tardé un poco en escribir Sin reglas. Erótica y libertad femenina en la madurez, por que aquel me dio un tiempo de felicidad muy grande. Tuve muchas participaciones en muchos sitios y luego, escribí este libro sorprendida del boom que está teniendo. Lo que me hace pensar que los temas de mujeres mayores son necesarios y además los temas tabú, más. El objetivo del libro era destapar la cazuela del silencio y creo que lo vamos consiguiendo.

¿Nos puedes hablar de tu despertar feminista? ¿En qué momento surge?

Vengo de una familia de cuatro hermanas y un hermano (bastante más pequeño). Así que yo me he criado en un ambiento muy femenino y donde no había diferencias. En ese sentido mi entrada en una reflexión feminista fue a partir de los veintidós y veinticuatro años en la universidad. A partir de una manera muy clara, cuando empiezo a pensar en la tesis y me decanto por abordar la autopercepción del proceso de envejecimiento. Fue progresivo y liberador.

Para los hombres que no tenemos ocasión de conocer las conversaciones entre mujeres, ¿es cierto que el sexo sigue siendo un tabú?

Las generaciones jóvenes lo tendrán un poco mejor. Tampoco terriblemente mejor. Es un proceso muy lento. Las generaciones que hoy tienen cincuenta o más años, hemos vivido una nula educación sexual y sobre todo represiva. De la sexualidad nunca se habló. Nosotras hablamos de muchos temas con las amigas pero de ésto, prácticamente no hablamos. Es un silencio que se perpetua entre las generaciones.

Pocas veces, cuando leemos artículos o libros sobre envejecimiento activo, se hace alusión al terreno afectivo y sexual ¿Por qué ocurre esto?

Para la edad mayor sería interesante ampliar el concepto de sexualidad, incluso a las población joven que le iría mejor. Es decir, la piel es el elemento sexual más importante de nuestro cuerpo. Una educación afectiva y sexual donde la gente pudiera tener un mayor conocimiento de sus emociones nos facilitaría mucho la vida. Sobre todo para la edad mayor, donde a lo mejor no tenemos ganas de meternos en harina pero si tenemos de contacto físico. Como dice Sandra Bartky “Todas las personas tenemos necesidad de piel»

Por desgracia se asocia con relativa frecuencia a la vejez como una época de perdidas ¿Hay motivos para la desesperanza? ¿Se pierde el interés, las fantasías, los deseos o el placer?

A lo largo de toda la vida hay perdidas y ganancias. Es cierto que cuando se habla de vejez sólo se habla de pérdidas pero no de todos los aspectos positivos de la vejez. Por ejemplo, en términos de la sexualidad, después de la menopausia al no tener la regla no te quedas embarazada, tienes más posibilidades de tener una sexualidad más libre y despreocupada. Ese discurso de la pérdida es verdad, pero debemos ampliar el foco. Tampoco me gusta poner el foco sólo en las ganancias. No es que te haces vieja y no pasa nada. Claro que sí, pasan cosas que se llama vida. Necesitas gafas pero tienes una visión del mundo más amplia. Esos años te permiten vivir la vida con equilibrio y paz.

Parece que poco o nada nos puede sorprender con la edad ¿Qué ideas te han gustado descubrir de esta investigación?

Perder la capacidad de sorpresa es una mala realidad. Sobre todo porque te sitúas en el plano de que lo sabes todo. Pues no. A mi me ha sorprendido la diversidad y además me ha encantado descubrir que nuestra sexualidad está entre el cero y el infinito. Hay mujeres que dicen que de esto no quiero hablar porque estoy harta o aquellas que no le interesa por estar en otro punto y otras que celebran con su pareja de toda la vida les va bien, o con una nueva pareja ha descubierto su cuerpo y su deseo. Mujeres que han dado el paso y han empezado relaciones con otras mujeres a los sesenta y pico. Este libro es sobre todo, un canto a la libertad.

¿Qué grado de interés has podido observar en estas entrevistas sobre la curiosidad del amor hacia otra mujer?

Una cosa muy divertida es como algunas mujeres heterosexuales cuando les hemos preguntado sobre la opción sexual ponían “Heterosexual (por ahora)”. He observado que muchas mujeres, hijas del mandato de la heterosexualidad obligatoria (que hemos tenido todas y todos) se plantean que pueden vivir de otra manera. Por ejemplo, cuando le preguntamos ¿Te parece que otra pareja animaría tu actividad sexual? Sí. ¿Que te gustaría que fuese un hombre o una mujer? Hay un porcentaje no muy alto pero si considerable de mujeres que dicen otra mujer. A lo largo de la encuesta se perfila que hay mujeres que vislumbran o no rechazan que puedan tener en un momento determinado, otro tipo de relación sexual. Igual, no la tendrán nunca y otras, que ahora están felices.

Quizá este hecho suceda por la madurez de la edad. Si se lo hubiésemos preguntado unas décadas antes, ni se lo hubiesen planteado.

Sí claro. Serían heterosexuales compulsivas. El desmontaje del mandato heterosexual requiere sabiduría que la gente joven quizás lo pueda realizar pero las mujeres que han sido educadas en el franquismo no lo vivirán con naturalidad.

¿Existe miedo «al que dirán» de los hijos e hijas de estas mujeres entrevistadas?

En el libro a veces, soy crítica con los hijos y las hijas porque en general hay una forma de amor merengue que parece protección hacia los progenitores pero que en el fondo no respeta la libertad de gastarse el dinero como quieran, de que tengan la relaciones que quieran y de vivir como quieran. De repente, pasar de ser padre o madre a ser hijos de tus hijos que en nombre del amor te limitan. Esto hay que nombrarlo porque si no, seguiremos controlando la vida de los viejos y las viejas. Yo lo llamo en el libro, nuestra puritana prole. Y no habemos si la señora o el señor quieren montárselo con alguien del mismo sexo.

¿Cómo vivió tu madre la vejez?

Murió a los cincuenta y cinco años, así que ella no llegó. Yo he tenido modelos de envejecimiento en mis tías. La hermana de mi padre tuvo una vejez preciosa que durante toda la vida, escribió un diario hasta los ochenta y muchos. Fue una mujer muy importante en mi vida.

Tengo la suerte de tener una piña de amigas, algunas muy jóvenes que son las hijas de mis amigas. Incluso sus nietas y también unas amigas veinte años mayores que yo. Todas ellas un modelo para mi.

¿Qué modelos conocidos de envejecimiento deseoso y desean podríamos tener como ejemplo para vivir nuestra sexualidad de manera libre, natural y plena?

Susan Sarandon, Jane Fonda… mujeres con voz pública, y en España Pilar Bardem o Rosa María Sarda, quizás.

¿Cómo debería ser la educación psicosexual y afectiva de las generaciones venideras? ¿Qué tenemos que aprender de la experiencia de estas viejas colegas?

La escuela tiene que ofrecer este tipo de educación. Nuestro sistema prima los conocimientos pero poco se invierte en la educación de los aspectos que te pueden ayudar a ser mejores personas y vivir mejor. Por ejemplo, la educación para la ciudadanía. Si tú eres una ciudadana recta y con buenas formas, te irá mejor que si eres una canalla agresiva. La importancia de manejar tus emociones y exponer tus deseos, si sabes negociar con el otro/la otra tus pasiones. Todo ello, mejora tu vida y debería incorporarse al sistema educativo. El resto de los conocimientos, están en Internet. En cambio si no sabes vivir, no hay internet que valga.

¿Qué te parece este nuevo papel de mujer puma?

Me sorprende este rol. Los hombres que buscaron toda la vida, mujeres más jóvenes nadie los llamó tigres o leones. Me parece bien que las mujeres si desean y quieren tener sexo con alguien se pongan en marcha y no esperen al príncipe azul.

Pocas gerontólogas lucen con orgullo y naturalidad el paso del tiempo en el cabello, ¿son ellas también víctimas del edadismo sexista que bien conocen y denuncian?

Estas son las contradicciones que nos acompañan al ser humano de las que nos estamos libres nadie. Las canas exigen una libertad interior. La sociedad dice tíñete para parecer más joven pero lo contrario, será un avance progresivo. En Europa muchas mujeres lucen sus canas y además para mi, las canas son de una elegancia suprema. Mucho más que aquellas que se tiñen que parecen que se cayeron en una cubeta de pintura.

¿En qué proyectos estás trabajando? ¿Tienes en mente el próximo libro?

Ahora estoy disfrutando del momento. Una de las cosas buenas de la edad es que te haces un poquito zen. Hoy es miércoles y estoy en Madrid.

Para ir acabando con esta entrevista, nos gustaría conocer tu visión sobre un tema que trataremos en próximos artículos. ¿Has redactado y registrado ante notario el documento de instrucciones previas/últimas voluntades?

Lo recomiendo. Yo las tengo hechas. En Andalucía, la Junta tiene un protocolo pero ojalá se respete. En el libro Tan Frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI, tengo un articulito que se llama «Por si acaso, díselo” en el que hablo justamente de esto.

Erotismo: Placer
Vejez: Libertad
Clítoris: Secreto
Edadismo: Mal rollo
Un mito sexual: La disfunción
Demencia: Problema
Arrugas: Belleza
Papa Francisco: Incognita
Residencia de personas mayores: Algo a reformar
Cupido: Mentira
Masturbación: Placer
Dependencia: Mal rollo
Cohousing: Algo interesante a estudiar
Pecado: Otra forma de someter
Cuidadoras: Santas
Abuelos: Abusados
Deseo: Algo permanente
Menopausia: Rito de liberación
Prostitución: Algo para hablar de ella con respeto
Anti-Aging: Engaño
Geriatría: Medicalización
Susan Sontag: Sabiduría
QMAYOR MAGAZINE: Alegría

Pues con esa percepción que es compartida, os invitamos a comprar/ojear/reflexionar/regalar el nuevo libro de una mujer que nos inspira a muchos/muchas.

Con Sin Reglas. Erótica y libertad femenina en la madurez, Anna Freixas analiza e investiga los diversos ámbitos que configuran la erótica femenina postmenopáusica, apoyándose en la voz de las propias mujeres mayores y en su libertad para expresar aquello que nadie nunca les autorizo. La edad es así.