Jesús C. Gómez, Presidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria

Como máximo representante de la SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria)  ¿Nos podría comentar el papel que juegan los farmacéuticos en el mundo de las residencias de la tercera edad? ¿Existe legislación al respecto?

La atención farmacéutica en los centros sociosanitarios (CSS) está regulada por una normativa básica estatal (Real decreto-ley 16/2012) y, en algunas comunidades autónomas, por normas desarrolladas a partir de las transferencias sanitarias en materia de ordenación farmacéutica. La norma estatal vincula los centros de asistencia social de cien o más camas a servicios de farmacia hospitalaria propios o mediante un depósito de medicamentos al servicio de farmacia del hospital de referencia en la zona sanitaria, a excepción de las disposiciones que reserva a las CCAA. También establece que los centros de asistencia social de menos de cien camas dispondrán de un depósito vinculado a un servicio de farmacia o a una farmacia comunitaria.

Por lo tanto, el papel del farmacéutico es muy relevante en la atención a las residencias, pues no hay que olvidar que las personas que viven en residencias son personas mayores, en muchos casos con enfermedades crónicas y polimedicadas y necesitan que un especial cuidado para que sean adherentes a sus tratamientos.

Cree que al igual que otras profesiones como el psicólogo o el animador sociocultural han reclamado su necesidad de estar en estos espacios, deberían incorporarse los farmacéuticos a la plantilla técnica de las residencias de mayores.

SEFAC ha publicado un documento en el que detalla su propuesta de cómo debería ser el papel del farmacéutico comunitario en el ámbito de la atención a las residencias o Centros Sociosanitarios. Nuestra propuesta no se basa en la incorporación como tal del farmacéutico comunitario a la plantilla de las residencia, sino en la colaboración con el resto de profesionales de la salud que intervienen en la atención a las personas mayores y en garantizar que cada residencia recibe un servicio profesional específico por parte de una farmacia comunitaria. En la actualidad, lo que estamos viendo de forma preocupante es que algunas administraciones autonómicas están prescindiendo del servicio de los farmacéuticos comunitarios para entregar, por razones económicas no justificadas relacionadas con el control del gasto en medicamentos, la atención farmacéutica de los centros sociosanitarios exclusivamente a los hospitales o creando nuevas estructuras que, desde nuestro punto de vista, no cumplen con los requisitos necesarios para dar la mejor atención posible. El farmacéutico comunitario es el profesional sanitario más próximo a la población y debe seguir siendo un profesional cercano a las personas que tienen necesidades farmacoterapéuticas, aunque vivan en una residencia.

Desde un punto de vista farmacéutico: ¿Qué actuaciones serían las más apropiadas  para mejorar la calidad del anciano residente?

Según nuestra propuesta las funciones que debería desempeñar el farmacéutico comunitario en la atención sociosanitaria serían: garantizar y asumir la responsabilidad técnica de la atención farmacéutica, establecer un sistema eficaz y seguro de distribución de los medicamentos en el centro, informar al personal del centro y a los propios pacientes en materia de medicamentos, colaborar en el establecimiento de un sistema de vigilancia y control del uso individualizado de los medicamentos, cumplir la normativa vigente en materia de control de medicamentos estupefacientes y psicótropos, informar y asesorar a la dirección del centro sobre la alertas de calidad y seguridad de medicamentos y, por último, prestar los servicios profesionales necesarios para garantizar las necesidades farmacoterapéuticas del paciente, por ejemplo, mediante la preparación de sistemas personalizados de dosificación o reacondicionamiento, que son de gran utilidad para garantizar la adherencia terapéutica en pacientes polimedicados y con edad avanzada.

¿Por qué existe entre gran parte de la población, desconfianza o rechazo hacia los fármacos? 

No creo que haya un rechazo o una desconfianza generalizada. Lo que ocurre es que los medicamentos no son un bien de consumo más. Son una tecnología muy avanzada y muy valiosa que no se pueda banalizar y la población a veces no es consciente de ello. En la actualidad existe un gran problema con el uso inadecuado de los medicamentos, hasta un 50 por ciento de los pacientes crónicos no siguen sus tratamientos correctamente y esto tiene consecuencias directas en la salud (si no tomas bien tu tratamiento o lo abandonas tu enfermedad puede agravarse, o pueden surgir interacciones, reacciones adversas, etc.) y en la sostenibilidad del sistema sanitario (por el gasto ineficiente que se produce). Los profesionales tenemos que trabajar mejor y más coordinados para informar bien a los pacientes de cómo deben tomar sus tratamientos y de sus posibles efectos secundarios para garantizar que haya una mayor adherencia y que los tratamientos sean seguros y eficaces.

¿Cuál es la posición de la Sociedad ante el auge de las Terapias No Farmacológicas para abordar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento?

Las terapias no farmacológicas, como pueden ser las vinculadas con una mayor actividad física o mejoras en la dieta, etc., son un complemento necesario para el abordaje integral de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. De hecho, en ocasiones es mejor trabajar en los cambios del estilo de vida antes y dejar la medicación como la última opción. En SEFAC, por ejemplo, disponemos de un amplio grupo de trabajo en Nutrición y en nuestras guías prácticas siempre tenemos en cuenta las terapias no farmacológicas cuando son necesarias.

Quizá no sea una función primaria del servicio farmacéutico pero estos profesionales también puede tener un papel relevante en la identificación de personas mayores y dependientes que viven en situación de soledad y que pueden necesitar cuidados especiales. Incluso de maltrato ¿Están preparados para abordar estas situaciones? ¿Se trabajan en coordinación con otros profesionales como trabajadores sociales o la Policía Nacional?

La cercanía y la proximidad del farmacéutico comunitario no es solo con los pacientes, sino también con sus familiares y su entorno. No olvidemos que, en muchas ocasiones, el farmacéutico comunitario no solo es la puerta de entrada al sistema de salud, sino el único profesional sanitario que está disponible en muchas localidades, especialmente en el entorno rural, lo que le proporciona un conocimiento especial de las circunstancias personales y vitales de sus pacientes. Por lo tanto, puede desempeñar una labor muy destacada en la detección de personas en situaciones de especial vulnerabilidad y no solo con personas mayores, también con personas maltratadas, pues ya existen iniciativas y acuerdos en este sentido. Un farmacéutico puede detectar de forma precoz no solo síntomas que delaten un problema de salud mayor por el que derivar al médico, también una situación que conlleve fragilidad y necesidad de una ayuda especial o social.

¿Cómo serán las farmacias del futuro? ¿Qué medidas deberían de poner  en funcionamiento ya para satisfacer las demandas del nuevo consumo?

En SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria) defendemos la farmacia asistencial y siempre decimos que el futuro de la farmacia será asistencial o no será. Es cierto que hoy en día hay farmacias que pueden dar la impresión de dar un enfoque más  comercial que asistencial pero el valor del farmacéutico está en sus conocimientos farmacoterapéuticos en la gestión del medicamento y del paciente y en el desarrollo de servicios profesionales más allá de la dispensación (revisión del uso de los medicamentos, conciliación de la medicación, seguimiento farmacoterapéutico, cribados para la detección precoz de enfermedades, etc.) que mejoren el uso de los medicamentos por parte de los pacientes y contribuyan a la promoción de la salud y la salud pública. Evidentemente, esto no significa que las farmacias no puedan ser establecimientos modernos o viables económicamente, pero tienen que primar la actuación profesional porque somos profesionales sanitarios. Por ejemplo, un elemento físico que hay que ir incorporando de forma mayoritaria en las farmacias son las zonas de atención personalizada donde ofrecer a los pacientes un seguimiento más cercano y confidencial sobre sus problemas de salud cuando estos así lo requieran.

¿Es la atención domiciliaria (e integral) una solución a una población cada más envejecida y plurimedicada?

Sin duda y ahí también debe estar el farmacéutico, por todo lo que ya se ha comentado anteriormente. En España el 18 por ciento de la población tiene más de 65 años y, de estos, más del 6 por ciento supera los 80. Esto significa que, si las previsiones se cumplen, en 2050 España será uno de los países más envejecidos del mundo, con más de un 30 por ciento de mayores a los que atender, de los cuales el 11 por ciento tendrá más de 80 años. Muchos de esos mayores no precisarán de un ingreso hospitalario. Querrán vivir en sus casas y tener acceso a los servicios sanitarios que les corresponden cuando sea necesario. Por lo tanto, una buena atención domiciliaria será fundamental y debe desarrollarse implicando a todos los agentes (sanitarios y sociales) para que haya una coordinación real y efectiva. Es un gran reto que hay que abordar cuanto antes.

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¿Nos podría hablar de si existen planes de empoderamiento al paciente y de autocuidado implementados desde la SEFAC?

SEFAC lleva años trabajando por acercar sus actividades a los pacientes. De hecho, muchos de los proyectos que estamos trabajando tienen como objetivo buscar el apoyo de las asociaciones de pacientes, pues son los pacientes la razón de ser de los profesionales sanitarios. Por ejemplo, en nuestros congresos y jornadas científicas siempre tratamos de implicar a las asociaciones de pacientes, tanto para darles a conocer nuestras iniciativas como para conocer de primera mano sus inquietudes, necesidades y demandas respecto a la labor asistencial de los farmacéuticos.

A nivel personal ¿cómo se plantea su jubilación? 

Lo veo tan lejos que pienso que tal como vivimos los autónomos seguiré al pie del cañón muchos años. No obstante, sí seguiré trabajando tanto en mi farmacia comunitaria como desde SEFAC para que la  población tenga la mejor asistencia sociosantiaria posible, dentro de este sistema sanitario que nos hemos dado los españoles y que es la envidia mundial en cuanto a universal equitativo.

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