El trabajo voluntario que hace la diferencia en un condominio para ancianos en la región nordeste de Brasil

En los últimos años los brasileños y, concreatamente, los Partisanos han experimentado un salto en su expectativa de vida relacionada con el pasado. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en Paraíba esperanza de vida en 1980 era de 57 años, subiendo hasta los 66 años en 2000 y a los 76 años en 2017.

Gracias a este afortunado motivo, surgió la necesidad de implementación de un programa habitacional que atendiera exclusivamente a esa demanda de la población, un proyecto único, exclusivo y totalmente gratuito. Así se creó así el Programa Habitacional Ciudad Madura, un emprendimiento inaugurado en junio de 2014 en la ciudad de João Pessoa y actualmente son 5 unidades en todo el Estado de Paraíba, cada uno compuesto por 40 casas, construidas a modo de tradicional vecindad.

Edadismo, Gray Panthers – Maggie Kuhn

Todas las unidades habitacionales se adaptan con rampas y barras de apoyo. En este espacio, los ancianos tienen a disposición de una pista de caminata, huerta comunitaria, centro de vivencia, centro médico y espacio para gimnasia. Una iniciativa del Gobierno del Estado que tiene en cuenta los aspectos socioeconómicos, financieros y de edad de la población a ser beneficiada para vivir con tranquilidad, seguridad y calidad asistencial.

A cargo de este espacio comunitario está el Psicólogo y Gerontólogo Francisco Fabrício Firmino de Oliveira que hace un trabajo voluntario de estimulación cognitiva y motora con estos adultos mayores.

«Ser voluntario es por encima de todo un acto de amor, respeto, compasión, justicia y solidaridad. Por eso, la motivación para ayudar al otro debe ser verdadera, pues cuando se es voluntario, se asume un compromiso con el otro, y éste debe ser cumplido y honrado», en palabras de nuestro amigo.

En la práctica, el servicio de voluntariado representa ofrecer, espontáneamente, el mejor esfuerzo para colaborar con la mejora continua del otro. Esta labor, que vosotros bien conocéis es muy positivo, pues cuando nos abrimos a esta posibilidad y, donamos nuestro tiempo, experiencia y buen hacer, además de evolucionar como ser humano, también ayudamos a construir un mundo mejor.

«Esta actividad es muy, muy, muy gratificante»

El trabajo voluntario puede ser hecho en todas las esferas de la sociedad y, todas las personas, pueden colaborar con sus conocimientos para ayudar a quienes más lo necesitan. ¿Y saben lo que es mejor? Cuanto más donamos, más sentimos satisfacción en compartir un poco de lo que somos y de lo que tenemos con nuestro prójimo.

Este psicólogo y gerontólogo, trabaja toda la demanda cognitiva para rehabilitar la memoria activa con juegos, músicas antiguas, bromas y adivinanzas. Este proceso hace un rescate de la memoria afectiva proporcionando una conexión con sus parientes que por normas no viven en el condominio como hijos, nietos u otros. «Me siento muy feliz debido a la unión de las dos formaciones profesionales para este trabajo, la Psicología donde tengo un cuidado especial al aplicar las actividades y que éstas no les traen sufrimiento emocional, y la gerontología utilizando actividades lúdicas, terapéuticas y divertidas para proporcionarles bienestar y calidad de vida durante la vejez», nos comenta Fabrício Oliveira.

En la mayoría de los casos, la mayoría de las personas que sufren de depresión, la literatura defiende que la aplicación de programas cognitivos en ancianos les ayuda a mantener, desarrollar sus competencias cognitivas y sociales y, por otro lado, coopera en la prevención de la depresión y otros trastornos que aparezcan (no siempre) a la edad avanzada.

La memoria ha sido defendida por diversos autores como la alteración cognitiva que más afecta a las personas. Por lo tanto, a partir del momento en que se cambia, específicamente, la memoria a corto plazo (que incluye la memoria de trabajo), causa una pérdida significativa en la organización de información y la disminución de la capacidad de recuperar la información almacenada en la memoria más reciente. Aunque la capacidad de almacenamiento se encuentra preservada, hay una disminución de los resultados mnésicos referentes a la información más reciente debido a déficits de codificación y recuperación. Sin embargo, el declive que se observa en las capacidades cognitivas no es igual en todos los ancianos, cada anciano tiene particularidad.

En ese contexto los ancianos del Condominio relatan una mejora significativa después de que el profesional comenzara a realizar las actividades con ellos una vez a la semana. Muchos salieron de su zona de confort para realizar las actividades. «En esos tres años que realizo las actividades con el Sr. Fabrício Oliveira mi vida cambió mucho, rara vez olvido algo, mis piernas y brazos no duelen tanto como antes y en esas actividades acabé conociendo a unos pocos más mi vecinos», relata doña Carmela de 93 años y, frecuentadora asidua de las actividades cada semana.

Este trabajo voluntario del Psicólogo y Gerontólogo además de traer beneficios a la salud mental y corporal de los ancianos también actúa como forma de socialización entre sus vecinos, a partir del momento en que todos están reunidos y comprometidos en las actividades. Es de gran importancia trabajos que unen amor, solidaridad y el cuidado entre ellos, cuando se trata de una demanda tan frágil y olvidada por las nuevas generaciones.

Francisco Fabrício Firmino de Oliveira es graduado en Psicología. Especialista en Gestión con Personas y Psicología Organizacional. Postgrado en Envejecimiento – Geriatría Práctica en el Hospital Universitario de Coimbra – Portugal. Posgrado en Gerontología. En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el VIH / Sida. Voluntario en el Condominio Ciudad Madura.

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