En el contexto actual es necesario adoptar una nueva visión sobre el envejecimiento, el cual como ustedes ya saben, es un proceso natural e inherente al ser humano que debe ser entendido como una experiencia positiva y no como un problema. El participar en el Laboratorio Corporal es precisamente la excusa para potenciar el envejecimiento activo y saludable.
Incentivar a las personas mayores a participar en los procesos de baile y danza posibilita un panorama donde los beneficios que trae consigo la práctica regular de este arte para las personas mayores son notables. Está comprobado.
Ellas y ellos participan, proponen, exigen y generan nuevos y diversos ambientes de interacción utilizando como hilo conductor del baile y el encuentro amistoso. Exploramos expresivamente su corporalidad, descubriendo nuevas sensaciones, tanto en el plano físico como en el socioafectivo, que sin duda, favorecen la prevención, el mantenimiento y la preservación de la autonomía.
La danza se convierte en el “pretexto” para reunirse con personas de gustos similares y compartir espacios que permitan el relacionamiento y fortalecimiento de las redes sociales, en entornos diversos, accesibles y en contacto con la naturaleza o la comunidad. Es así como nos tienen que ver, ciudadanos gozando del espacio y de nuestro, siempre hermoso cuerpo.
La danza como herramienta educativa permite trabajar con diferentes técnicas y métodos para adquirir consciencia corporal, con el objetivo de percibir y activar la escucha, la observación y la creatividad. Jugamos, nos sentimos y aprendemos de la diversidad del otro.
El Laboratorio Corporal propone un espacio de exploración permanente de sí mismo, a través del movimiento. Está abierto a toda población adulta mayor que desee conocer y reconocer su potencial creativo y expresivo. Trabajamos las emociones y nos dejamos llevar al son de la música.
Ahora bien, es importante que los profesionales de la gerontología social y que los futuros gerontólogos difundamos conceptos positivos sobre el ciclo vital, el envejecimiento y la vejez para lograr la mejoría en la comunicación intergeneracional y romper con los imaginarios erróneos, reduciendo los estereotipos sociales y promoviendo una sociedad y cultura del envejecimiento activo y saludable, amigable e inclusiva con todas las edades. Hagamos visible la presencia del adulto mayor en un mundo cambiante donde los adultos son protagonistas de su presente como una población diversa y con ganas de seguir en plenitud física y emocional.
Natalia Hurtado Alzate. Medellín, Colombia 2017
Correo electrónico: nataliaha_123@hotmail.com