Faltan recursos legales, sanitarios y sociales para abordar mejor el problema del maltrato a las personas mayores

Carmen Sarabia, enfermera y profesora de la Universidad de Cantabria: “Contrariamente a lo que se piensa, es en los hogares donde se da más habitualmente el maltrato, y en las instituciones donde se detecta”

El Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears organiza un debate sobre el maltrato a las personas mayores, desde los ámbitos jurídico, sanitario y de los medios de comunicación

Hacen falta más recursos públicos y la implicación de la sociedad en su conjunto para poder abordar en serio el maltrato a las personas mayores, un problema en el que se combinan factores culturales, educativos, prejuicios sociales y condicionantes económicos. Esta es la principal conclusión de una mesa-debate organizada el jueves por el Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears (COIBA) y moderada por la profesora de la UIB Julia Gallo, que ha reunido a expertos de distintos ámbitos bajo el lema: “Maltrato a los mayores: hablemos claro”.

Carmen Sarabia, enfermera y profesora de la Universidad de Cantabria especializada en la problemática del maltrato a los mayores; Ladislao Roig, teniente fiscal de la Fiscalía Superior de les Illes Balears; Carmen Pérez, enfermera especialista en geriatría de la Asociación de Enfermeras Geriátricas de Balears (ABIGG) y Maitane Moreno, periodista de la Cadena Ser, han aportado -cada uno desde su ámbito- una serie de reflexiones sobre cómo afrontar los numerosos casos de maltrato a personas mayores que estamos viendo en la sociedad actual.

Entre un 5 y un 10% de las personas mayores sufren maltrato físico, psicológico o económico, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud; pero el perfil típico de la persona que sufre maltrato es más concreto: mujer, de más de 80 años, con una dependencia física importante, deterioro cognitivo y cuyos cuidados son de larga evolución. “Son personas muy vulnerables, muy desprotegidas, que no pueden defenderse, especialmente del maltrato físico, sexual, del abuso económico o de la negligencia”, explica Sarabia.

“Contrariamente a lo que se piensa, es en los hogares donde se da más habitualmente el maltrato y, en las instituciones, donde se detecta”, apunta. Por las escasas cifras de que se dispone, es mayoritariamente el cuidador familiar el que maltrata, y después el cuidador profesional. Pero en las instituciones también se da el maltrato, y los profesionales sanitarios y socio-sanitarios deben hacer una reflexión sobre cómo tratan a sus pacientes mayores, sobre el (ab)uso de las contenciones físicas o farmacológicas y otros aspectos que pueden ir desde un trato inadecuado hasta un maltrato.

Las cifras de denuncias son muy escasas, porque las personas mayores son reacias a denunciar a sus propios hijos. “En España no hay legislación específica para la protección del mayor, pero se pueden utilizar las vías penal y civil existentes para ello”, apuntó el fiscal Ladislao Roig. En su opinión “no podemos modificar el Código Penal cada vez que surge un problema. Lo que hay que hacer es abordarlo desde la vía civil, que existe, pero a la que se recurre poco”. Señaló que, así como los fiscales visitan y vigilan en Balears los hospitales, no tienen recursos para hacer lo mismo en las más de 50 residencias públicas y privadas de las islas. “Faltan recursos”, dijo. Y también faltan soluciones. “Para mí no es tan importante si el maltratador va o no a la cárcel, sino qué opción le doy a la persona mayor maltratada: necesitamos más residencias, más ayudas”, dijo. Con la crisis económica, la situación ha empeorado, ya que los mayores (con sus pensiones) se han visto obligados en muchos casos a mantener a sus hijos y nietos, incluso en contra de su voluntad, o por graves sentimientos de culpabilidad.

Por otra parte, apuntó Carmen Pérez, enfermera geriátrica, faltan profesionales conscientes y formados en la materia. “A menudo, el profesional ignora al mayor, o lo infantiliza en su trato”, explicó, añadiendo que el maltrato a los mayores “es un problema de salud pública”. Añadió la vocal de ABIGG que la raíz del problema está precisamente en la forma como vemos y tratamos a las personas mayores en la sociedad. Los prejuicios y el trato paternalista o condescendiente se sitúan en la base de una sociedad que valora y ensalza la juventud, y ve a los mayores como un lastre o un peso.

En este sentido, Maitane Moreno hizo autocrítica y explicó que -efectivamente- el trato de la vejez en los medios va a menudo vinculado a adjetivos negativos. “Hablamos mucho de soledad”, reconoció. “En la radio, deberíamos hablar de los temas que interesan a los mayores porque, a veces, esa es la única voz que van a oír en todo el día”, apuntó. Recordó, además, que “muchas personas mayores dedican su tiempo a defender causas y a implicarse en asociaciones, dando voz a distintos temas. Ese tesón debemos reconocerlo”.

Pero también hay que tener en cuenta a los cuidadores. “A los cuidadores nadie les ayuda, nadie les enseña, nadie les apoya. También necesitamos recursos para ellos. Que venga un trabajador social a casa, que me visite la enfermera, tener un manual… ¿yo cómo voy a saber cuidar a mi madre anciana si nadie me enseña?” reflexionó Sarabia. Añadió que el papel de las enfermeras es esencial: “Nosotras vamos al domicilio, conocemos la evolución de esas personas. Tenemos que preguntar más, aunque resulte incómodo. Es nuestro deber”.

Los expertos han coincidido en que el abordaje del maltrato debe hacerse desde diferentes ámbitos: más leyes y mecanismos de protección a las personas mayores, más residencias para acoger a quienes quieran o tengan que salir de casa de sus familiares por maltrato, más recursos sanitarios y sociosanitarios. Y también más concienciación profesional y programas de educación en la sociedad para mejorar el trato que se les da a los mayores, reducir la discriminación por motivos de edad y las concepciones culturales tan arraigadas.

Al final, es una cuestión de recursos, concluyeron los ponentes. “Hay que tener coraje y valor para afrontar el maltrato a los mayores. Es un problema social, de voluntad y de recursos de servicios sociales”, resumió Roig.

En la foto: Carmen Pérez, Maitane Moreno, Julia Gallo, Carmen Sarabia y Ladislao Roig (de izquierda a derecha)