7 de cada 10 desempleados mayores de 55 años cree que no podrá volver a trabajar nunca

Madrid, 12 de junio de 2017.- Mucho se han analizado las dificultades laborales que atraviesan los desempleados una vez cumplen los 45 años. En primer lugar porque, en un mercado altamente competitivo, las empresas tienen tendencia a decantarse por los más jóvenes, a los que asocian con más formación, flexibilidad y rentabilidad. Y, en segundo lugar, porque muchos desempleados senior provienen de sectores que ya no generan oportunidades profesionales, por lo que tienen que reciclarse para volver a ser “empleables”, así como actualizar sus técnicas de búsqueda de empleo, en un mercado que evoluciona a pasos agigantados.

Sin embargo, es a partir de los 55 años cuando las oportunidades profesionales caen estrepitosamente. Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “quedarse sin empleo a las puertas de la jubilación es un problema de dimensiones mayúsculas. Muchos desempleados mayores de 55 años pierden su trabajo con una pequeña indemnización que no les cubre hasta la edad de jubilación, lo que les exige buscar un empleo que, en muchas ocasiones, nunca llega. En estos casos, el paro puede convertirse en una situación crónica y se incrementa notablemente el riesgo de exclusión social”.

A día de hoy, el Servicio Público de Empleo Estatal ofrece una prestación especial de 426 euros al mes para los mayores de 55 años hasta la edad de jubilación, pero no todos cumplen los requisitos para acogerse a ella o, haciéndolo, la cuantía no es suficiente para sufragar sus gastos fijos (hipoteca, responsabilidades familiares, etc).

Consciente de ello, la Fundación Adecco ha realizado una encuesta a 1.500 desempleados mayores de 55 años que, en el último año, han acudido a sus oficinas en búsqueda de una oportunidad profesional. Este muestreo ha sido posible gracias al apoyo del proyecto Lanzaderas de Empleo de la Fundación Santa María la Real.

Más de medio millón de mayores de 55 años buscan empleo

A día de hoy, 560.100 personas mayores de 55 años buscan empleo en nuestro país, un 16% más que hace un lustro, cuando se contabilizaron 481.600.

A pesar de que el volumen de desempleados sigue siendo muy elevado (más de medio millón), no hay que olvidar que, con la recuperación económica, este año se ha producido la tercera caída consecutiva en el número de desempleados que superan esta edad.

55 años: cuando el desempleo se cronifica

Hoy en día, se trata de un sector de la población que sigue siendo muy activo y que, en gran parte de los casos, atesora una dilatada experiencia. Sin embargo, cuando se pierde el empleo con 55 años o más, salir del mismo puede antojarse muy complicado. De hecho, muchos desempleados de esta edad acumulan largos periodos de inactividad. Concretamente, casi tres cuartas partes (74%) lleva más de un año sin encontrar trabajo, cifra que desciende hasta el 61% entre los que tienen entre 45 y 55 años y hasta el 54% entre los desempleados a nivel general. Es llamativo como además, la mayoría de los desempleados de larga duración mayores de 55 años, lleva más de 2 años en paro: un 61% del total.

Como se observa en el siguiente gráfico, a más edad, mayor es el desempleo de larga duración, siendo los mayores de 55 años los más damnificados:

Según Mesonero: “los prejuicios sociales y empresariales se redoblan cuando se trata de contratar a un mayor de 55 años. A menudo, los reclutadores suelen identificarlos con un perfil obsoleto, lo que les puede conducir al descarte automático. Además, en muchos casos, los mayores de 55 años están desentrenados en la tarea de buscar empleo, y ello les lleva a no seguir la estrategia correcta. Por todo ello, las posibilidades de caer en el desempleo de larga duración y en la exclusión social, se vuelven muy elevadas”.

Fuera del mercado, ¿de por vida?

La mayoría de los encuestados (un 70%) cree que no podrá volver a trabajar nunca. En otras palabras, 7 de cada 10 considera que al quedarse sin empleo, se ha quedado fuera del mercado para siempre. Un 20% cree que tardará más de un año en colocarse, mientras que sólo un 10% cree que estará trabajando en los próximos 12 meses.

En este sentido, un 61% declara no haber sido llamado para una entrevista de trabajo durante el último año, a pesar de que el 56% aplica a varias ofertas de empleo semanales. Por su parte, un 33% ha realizado entre 1 y 5 entrevistas y sólo un 5% ha superado las 5.

El 90% de los encuestados achaca esta falta de oportunidades laborales a su edad, mientras que un 10% lo asocia a otras circunstancias del mercado.

Trabajar: una necesidad imperante

Como hemos analizado, las dificultades para encontrar empleo se multiplican a partir de los 55 años, produciéndose una curiosa paradoja, ya que trabajar se convierte, precisamente, en una necesidad imperante. De hecho, el 40% sigue teniendo hijos económicamente dependientes y un 35% continúa pagando hipoteca y/o alquiler. Así, la falta de empleo podría significar, en los casos más extremos, la pérdida de la vivienda, así como comprometer el futuro de sus hijos.

4 pautas para encontrar trabajo con más de 55 años

La Fundación Adecco propone 4 pautas básicas para que los mayores de 55 años encuentren un empleo lo antes posible:

No escondas tu edad: si tú no le das importancia, los demás tampoco lo harán. Si por el contrario, presupones que va a ser un problema, trasladarás este prejuicio a los reclutadores, que tendrán más reticencias a la hora de abordar la contratación. Tampoco hace falta gritar a los 4 vientos que tienes 56 ó 59 años. Lo mejor es, sencillamente, no dar protagonismo a un dato que no determina tus capacidades ni tu profesionalidad. Si en una entrevista te preguntan cuántos años tienes, coméntalo con naturalidad y transparencia.

Pon en valor tus logros. Tu edad te aporta competencias y habilidades intrínsecas (madurez, control emocional, templanza, etc), pero son demasiado generales y no aportan un valor diferencial. Tanto en el CV como en la entrevista de trabajo, pon el énfasis en logros concretos que hayas alcanzado en tu carrera profesional. Por ejemplo, no son importantes las funciones que realizaste como administrativo, sino la herramienta de excel que creaste para facilitar el proceso de introducción de datos.

Recíclate. Nunca es tarde para añadir formaciones nuevas a tu candidatura: idiomas, ofimática, ventas… toda competencia que añadas a tu CV te conectará con las nuevas necesidades del mercado laboral, convirtiéndote en un profesional más atractivo para las empresas. De este modo, podrás equipararte a los más jóvenes en materia de formación y tu experiencia se convertirá en un valor añadido.

Cuida tu autoestima: Huye de visiones apocalípticas como “no voy a volver al mercado laboral”, tienen mucha fuerza en la mente y son muy destructivas. Siempre que se te pasen por la cabeza, reconviértelas a positivo: “antes o después encontraré trabajo”. No descuides tus aficiones (lectura, paseos, cine…) y sé consciente de que eres persona antes que profesional. Si tú te quieres, las empresas también lo harán.

Un 21% de los mayores de 55 años que han acudido a la F. Adecco han encontrado empleo

Durante el último año, la Fundación Adecco ha generado empleo para 300 personas mayores de 55 años, un 32% más que el año anterior, cuando se contabilizaron 227 contratos. Esta cifra equivale al 21% del total de mayores de 55 años que han acudido a las oficinas de la Fundación Adecco en el último año: un total de 1.432.

Para ello, la entidad empodera a estos desempleados, proporcionándoles las herramientas y recursos necesarios para afrontar con éxito un proceso de selección. Este empoderamiento se basa en una atención transversal e individualizada, que acompaña al desempleado en su itinerario profesional, apoyándole en todas las áreas: psicológica, formativa, etc, así como realizando con él una intermediación laboral, es decir, contactando con empresas en las que el desempleado mayor de 55 años pueda encajar, en función de sus competencias.

Según Mesonero: “el incremento de la contratación de mayores que hemos registrado este año no sólo es reflejo de la reactivación económica, sino de un compromiso creciente de las empresas con las que colaboramos, con las que realizamos una labor de sensibilización, demostrando que el talento y las competencias no entienden de edad”:

Heli: una historia de esperanza

A pesar de que la mayor parte de los mayores de 55 años ya han perdido toda esperanza de volver a trabajar, hay historias que nos hacen recuperarla y demuestran que SÍ es posible encontrar empleo cuando se supera esta edad. No es una cuestión de suerte: es sobre todo actitud.

“Tras 8 años en paro, llegué a sentirme inservible e inútil”

Heliodora (Heli para los amigos) tiene 59 años y protagoniza una de esas historias esperanzadoras. Desde muy joven, tuvo clara su vocación: los niños, especialmente los más pequeños y por ello no dudó en prepararse para trabajar como educadora infantil, posición que ocupó hasta el año 2008. “Se me rompió el tendón supraespinoso de tanto cargar pesos: subir y bajar a los niños del cambiador, cogerlos en brazos, etc. De hecho, me tuvieron que operar en 2009 pero no me hicieron bien la operación, de tal forma que perdí mi fuerza y mi capacidad para levantar peso. A raíz de esto, me dieron la Incapacidad para mi profesión habitual (que posteriormente me retiraron, ahora tengo el certificado de discapacidad) y fue muy difícil, lo pasé fatal pues tenía que renunciar a la que era mi vocación, pero entendí que tenía que ser fuerte y retomar mi vida”– comenta.

Fue entonces cuando empezó a prepararse para trabajar en otras posiciones y se formó como administrativa, aunque no tuvo suerte en ningún proceso, al no tener experiencia en el puesto. “Yo soy muy inquieta, me gusta estar siempre activa y para mí fue muy difícil no encontrar trabajo, llegué a sentirme inservible e inútil e incluso asumí que ya no volvería al mercado”– recalca.

Tras 8 años sin trabajar, en mayo de este año, recibió una llamada de la Fundación Adecco que daría un giro a su vida: querían verla en entrevista para una posición como cuidadora de comedor, donde no tenía que cargar pesos. “Al principio dije que no iba, pues no me lo creía y pensé que no iba a servir de nada, pero Fátima, la consultora de la Fundación Adecco que lleva mi caso, insistió en que fuera y al final me animé”– comenta.

“Volver a trabajar ha sido un regalo para mí”

Para su sorpresa, la entrevista de trabajo con la empresa acabó con un contrato. Hoy Heli vuelve a trabajar, a los 59 años, y después de casi una década sin empleo. “Ha sido un regalo para mí. Vuelvo a estar con niños y estoy encantada, feliz, disfruto cuando hablo con ellos y me cuentan cosas. Además, trabajar me está ayudando a superar muchos temas personales, pues hace poco perdí a mis padres y mis hijos se fueron de casa al mismo tiempo. Estar ocupada hace que me adapte mucho mejor a esta situación”– confiesa.

“De sentirme inútil a sentirme querida”

En este proceso, Heli no olvida a todos los que le han ayudado en el camino: su familia y también la Fundación Adecco: “tengo que dar mil veces las gracias a la Fundación Adecco, pues pasé de sentirme inútil e inservible a sentirme muy querida y escuchada, no sólo ahora, también antes de encontrar este trabajo. Me anima mucho hablar con las consultoras de la Fundación y estoy inmensamente agradecida”.

No sabe si en septiembre renovará contrato pero mira al futuro con optimismo. Tiene claro lo que ella, como otras personas de su edad, pueden aportar a un equipo de trabajo: “no sólo experiencia, también mucha sabiduría, templanza y saber estar. Creo que los mayores podemos aprender mucho de los jóvenes y también enseñarles”- declara.

Casos como el de Heli demuestran que, incluso cuando parece que no hay esperanza, siempre hay una luz al final del túnel si te dejas ayudar y estás dispuesto a dar lo mejor de ti mismo.

Sobre Fundación Adecco

Constituida en julio de 1999, la Fundación Adecco es fruto de la Responsabilidad Social Corporativa que asume el Grupo Adecco como líder mundial en la gestión de los Recursos humanos. Su principal objetivo es la inserción en el mercado laboral de aquellas personas que, por sus características personales, encuentran más dificultades a la hora de encontrar un puesto de trabajo.

– Personas con discapacidad

– Mayores de 45 años parados de larga duración

– Mujeres con responsabilidades familiares no compartidas o víctimas de violencia de género

– Otros grupos en riesgo de exclusión social